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Palabras de ministro

la rioja

Domingo, 11 de noviembre 2018, 20:12

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El ministro de Fomento, José Luis Ábalos, paseó esta semana por La Rioja como sólo han sabido hacerlo sus antecesores en el cargo cada vez que se han asomado a esta región: con sonrisas y un programa de actos que indefectiblemente ha incluido un futurible de cierto calado, acaso una inauguración de mediano perfil y palabras, muchas palabras. En la entrevista que hoy publica este periódico Ábalos aporta, al menos, evidencias de que es conocedor de lo que se cuece en la orilla sur del Ebro en materia de infraestructuras. Lo cual no es mérito menor. Pero si el ministro ataca con solvencia la lista de materias pendientes, lo hace como quien desgrana la lista de los reyes Godos o declama los afluentes del Tajo. Da la impresión de que se trata de un ejercicio de memoria más que de un proceso que le haya permitido interiorizar que todos los ministerios que de Fomento han sido de la Transición a esta parte tienen una deuda histórica con La Rioja. Ábalos no puede de ninguna manera incluir a esta región en el mismo paquete al que se refiere cuando asegura que «en estos cuatro meses como ministro no he encontrado ninguna comunidad satisfecha». Seguro que habrá sido así, pero lo de La Rioja y los riojanos no es insatisfacción, o al menos no lo es sólo. La Rioja y los riojanos se sienten relegados al olvido, abandonados. Una palabra que, debería advertir el ministro, tiene unos sinónimos tan comprometidos tales que desierto, despoblado, deshabitado. Palabras cargadas de un futuro tan oscuro como expuesto.

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