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Polígono El Sequero, ubicado entre Agoncillo y Arrúbal Sonia Tercero
Ocho de cada diez municipios han perdido afiliados a la Seguridad Social desde el 2008

Ocho de cada diez municipios han perdido afiliados a la Seguridad Social desde el 2008

Arnedo y Cervera son las únicas cabeceras que ganan cotizantes mientras que en las localidades más pequeñas la caída supera el 20%

LUIS JAVIER RUIZ

LOGROÑO.

Jueves, 5 de abril 2018, 13:36

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La Rioja sigue buscando a sus afiliados perdidos. Trabajadores que hace una década formaban parte de la nómina de inscritos como cotizantes en alguno de los regímenes de la Seguridad Social y que, a día de hoy, han desaparecido. Son, a la postre, puestos de trabajo que han sido amortizados en alguno de los procesos que, siempre traumáticos, han emprendido las empresas ubicadas en los 174 municipios de la región: cierres, expedientes de regulación, amortizaciones de personal, prejubilaciones...

Toda esa amalgama de realidades que ha jalonado la historia económica más reciente de La Rioja se refleja en las publicaciones que aporta periódicamente el Instituto Nacional de Estadística: en el año 2008 la masa de afiliados (en todos los regímenes) en La Rioja estaba formada por 133.533 trabajadores; a día de hoy, son 124.592, es decir, 8.941 menos. En términos porcentuales esa evolución implica un descenso del 6,7%.

El retroceso es prácticamente global. Apenas se salvan 35 municipios que suman ahora más trabajadores que hace diez años. Así, el 80% de las localidades riojanas ha perdido masa cotizante desde el 2008 con Anguciana (-1,71%) y Canillas (70,11%) en los extremos.

Esa realidad no es un mero reflejo de la evolución demográfica. Sí, la población riojana ha caído durante este tiempo: una parte no menor de la población extranjera que en su momento llegó a La Rioja ha dejado la región; la emigración interior (entre comunidades) ha sido considerable; muchos jóvenes han optado por el extranjero a la hora de consolidar su trayectoria profesional... Pero la suma de todas esas circunstancias, unidas a la evolución natural de la población (nacimientos y defunciones), arrojan un resultado mucho menos negativo: los 317.501 riojanos de hace una década son ahora 315.381, es decir, se ha producido un descenso del 0,67%. Más estrecha es la relación entre la pérdida de afiliados con la evolución de la población activa en La Rioja. Al cierre del 2007, la última Encuesta de Población Activa (EPA) apuntaba que ese colectivo estaba formado por 157.700 personas que, recorrida la crisis económica, se contrajo hasta las 152.900 al cierre del 2017, es decir 4.800 activos menos.

Logroño, por cuestiones obvias, sigue acumulando el mayor número de afiliados después de perder, durante esta década, algo más del 5% de cotizantes (3.598 en cifras absolutas). Pese a ese retroceso, ha reforzado su peso específico en el agregado regional al concentrar al 54,35% de los cotizantes (en el 2008 era del 53,4%).

Mayor ha sido la sangría en el área metropolitana de la capital. A lo largo de estos diez años ha perdido casi 2.000 cotizantes, lo que implica un retroceso del 11,7%. Es especialmente significativa en las localidades que acogen el polígono de El Sequero (caída del número de cotizantes del 15,47% en Agoncillo y del 12,99% en Arrúbal) y en Albelda (-39,5%), Alberite (-20,37%), Clavijo (-50%) y Ribafrecha (-44,90%). En ese espacio solo Murillo, Nalda, Navarrete y Villamediana han ganado trabajadores.

Si el análisis se centra en los municipios de más de 1.000 habitantes, su caída ha sido ligeramente inferior a la media regional. En la suma global de estas localidades han desaparecido en una década 2.523 afiliados, lo que representa una bajada del 6,69%.

Pero el gran golpe es el que reciben los términos municipales menos poblados en los que, al tiempo que ceden habitantes en favor de las grandes concentraciones urbanas acrecentando el ritmo de la despoblación, se pierden oportunidades laborales: en el 2008, eran 8.222 trabajadores los que cotizaban en estos municipios; en el 2018 son 6.567, es decir el 20,13% menos. «Es lo más grave para el futuro y lo más impactante», incide Vicente Urquía, que ha estudiado pormenorizadamente los datos a partir de las estadísticas del INE y que, si bien destaca que «en el último año estas localidades han experimentado un ligero crecimiento del número de afiliados», es preocupante que en dos terceras partes del territorio de La Rioja «se concentre solo el 5% de los trabajadores».

En el análisis por municipios, Haro acumula uno de los mayores descensos. En una década ha perdido el 20,8% de sus afiliados (837 en términos absolutos), Nájera el 14,6% (418), Alfaro y Santo Domingo más del 11% y Rincón de Soto y Fuenmayor, más del 15%. En el extremo contrario se situarían localidades como Arnedo, que en paralelo a su aumento de población, ha visto cómo repuntan los afiliados a la Seguridad Social el 7,23%. También Ezcaray, con un ligero repunte de población ha disparado el número de trabajadores (27,38% más). En todo caso, uno de los casos más paradigmáticos es el de Cervera. La localidad del Alhama ha sido golpeada por la pérdida de habitantes (superior al 20% en una década) pero su nómina de afiliados ha crecido el 10% (de 712 a 784 cotizantes).

Por regímenes de cotización, sólo se salva uno, el de empleadas del hogar, que ha ganado 1.362 afiliados en 10 años frente a los descensos del general (-6.942 trabajadores), el agrario (-338) y el de trabajadores autónomos (3.023).

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