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Sábado, 9 de marzo 2019, 08:49
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El listón estaba demasiado alto. El 8M del año pasado, pese al escaso tiempo transcurrido, se había convertido ya en un hito histórico de la reivindicación feminista en La Rioja y en España. Entonces, miles de personas recorrieron las calles de Logroño en una manifestación sin precedentes... Hasta ayer. Con la misma fuerza, La Rioja volvió a salir a la calle, a escenificar su indignación con la brecha salarial, con los techos de cristal, con la violencia de género, con los delitos sexuales, con la imposible conciliación laboral, con el acceso al mercado de trabajo... Con tantas cosas que aún están pendientes un año después la ciudad se colapsó.
La Policía Nacional cifró en 15.000 los asistentes a una manifestación que cuando la cabecera ya empezaba a girar hacia Murrieta desde Gran Vía, el coche escoba aún estaba en Vara de Rey. Mujeres, muchas mujeres; hombres, muchos hombres. Niños. Adolescentes. Familias completas, abuelas y nietas de la mano exigiendo igualdad. Todos con un único mensaje, 'Hoy y siempre, vivas, libres y combativas'.
Ese fue el acto sobre el que pivotó una jornada que, desde el punto de la mañana, fue cogiendo color morado. Pequeños detalles como las pancartas que decoraron las calles de Logroño o el pañuelo morado que alguien colocó en Arnedo en la escultura de la mujer que vende ajos. Pinceladas de color que auguraban una jornada intensa exigiendo igualdad.
Fueron los más jóvenes (ellas y ellos) quienes cogieron el testigo a primera hora. Antes de que desde la Universidad de La Rioja partiera la manifestación estudiantil, en no pocos institutos de la región echaron en falta a buena parte de su alumnado. Sobre todo en Bachillerato, con seguimientos totales como el del Batalla de Clavijo, y menos intenso según se desciende en las etapas educativas y en FP. Un respaldo, en todo caso, irregular (en otros centros el seguimiento fue nulo) en línea con lo que sucedió en otros ámbitos.
UGT y CCOO, en todo caso, mostraba a primera hora de la tarde su «satisfacción» por los primeros resultados del seguimiento de los paros parciales que, dijeron, fueron generalizados y que cifraron en el 62% en la Administración regional y del 55% en la Universidad de La Rioja. La Coordinadora Feminista, por su parte, rechazaban dar cifras recordando el peso específico de los aspectos intangibles de la convocatoria, como el paro en el ámbito de los cuidados y el consumo.
Desde la contraparte sindical, las cuentas fueron mucho más comedidas. El Gobierno regional aseguró que los 200 trabajadores que ayer secundaron el paro representan menos del 2% de la plantilla y el Ayuntamiento de Logroño elevó su porcentaje hasta el 4,3% (20 huelguistas de 24 horas y otros 17 parciales). Desde la UR, en un primer recuento a expensas del turno vespertino, cifraron el seguimiento en casi el 30%.
Más allá de las cifras, el 8M estaba en la calle. Una hora antes de que el centro de Logroño se tiñera por primera vez de morado, tuvo lugar el acto oficial del Día de la Mujer en la Consejería de Salud con Ana Tejada, futbolista del EDF, como protagonista. Fue ella la que leyó un manifiesto en el que llamó a «reflexionar sobre las cuestiones pendientes para alcanzar una sociedad más justa e igualitaria», a apostar por «el empoderamiento de la mujer» y a trabajar para «eliminar la brecha salarial», la gran barrera para que las mujeres «ejerzan su autonomía y ciudadanía plena», completó.
Esa imagen se replicó en prácticamente todas las localidades de La Rioja, en las que se sucedieron concentraciones, más o menos numerosas, para insistir en la necesidad de situar la lucha por la igualdad en el centro del debate social. En Logroño fueron las organizaciones sindicales (UGT, CCOO, USO y STE-Rioja) quienes tintaron de púrpura la plaza de Mercado bajo el lema 'Vivas, libres, unidas por la igualdad'. En ese escenario, pero sin relación con la concentración sindical, se registró el único incidente de la jornada. Una pancarta colocada en la catedral de La Redonda con el lema 'Os beberéis la sangre de nuestros abortos' fue retirada por agentes de la Policía Local.
Y que lo de la tarde iba a ser importante empezó a cuajarse en las puertas del Rectorado de la UR. La lucha riojana por la igualdad tiene cantera. Tres millares de estudiantes recorrieron las calles de Logroño exigiendo igualdad real educativa y rechazando comportamientos machistas en el ámbito de la educación.
También hubo quien no hizo huelga, por cuestiones legales, y que celebró el 8M trabajando. Es el caso de las 38 agentes de la Policía Nacional de La Rioja, piezas fundamentales en la lucha contra la violencia de género y en la atención a la víctima. Siete de las 431 víctimas riojanas están catalogadas en riesgo alto.
Si el mensaje cala, no habrá más.
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