Ver 49 fotos
En marcha contra la parálisis social
Aspace reúne a más de 3.000 personas para celebrar su tradicional cita otoñal, que este año recauda fondos para que sus usuarios con parálisis cerebral puedan disfrutar de vacaciones y ocio
En una sociedad cada vez más anestesiada, el valor de iniciativas como las de Aspace resulta especialmente relevante. Ya son 41 años de una cita ... otoñal que este domingo ha reunido a más de 3.000 marchosos que han emprendido una ruta de casi 20 kilómetros con un único objetivo: apoyar a las personas que sufren parálisis cerebral. Caminantes contra la parálisis cerebral, pero también contra esa parálisis social que en demasiadas ocasiones invita a permanecer en el espacio oscuro de la desidia, de la pereza y la inacción.
Este domingo la alegría de los congregados junto al polideportivo de Las Gaunas era la muestra clara de que esa abulia no va con ellos. Con música y globos de colores, a las 10.00 horas en punto y sin importar el cambio del horario invernal, todos se lanzaban a recorrer ese camino ya de sobra conocido.
Para Manoli Muro, presidenta de Aspace, la cita ha vuelto a resultar un éxito. En un «día de fiesta, de celebración», tras las reivindicaciones del pasado 6 de octubre, Día Mundial de la Parálisis Cerebral, este domingo era el momento de reunirse con alegría y buenos propósitos. Antes del corte de la cinta, junto al presidente regional Gonzalo Capellán y el alcalde Conrado Escobar, Muro ha recordado que lo recaudado por la marcha, una iniciativa que «ha ayudado a financiar muchos programas», este año irá para el ocio y tiempo libre de usuarios.
«Permite que personas con parálisis cerebral puedan ir todos los años de campamento, salidas de fines de semana, salidas de día... Es muy interesante para ellos y para las familias porque ellos disfrutan y las familias pueden descansar», ha analizado de una iniciativa que «cuesta mucho porque por cada persona va un monitor».
«Llevamos participando desde el principio en la Marcha Aspace y hay que mantenerla», ha explicado Mariví, una de las participantes. «Los jóvenes tienen que participar más e involucrarse en un tema en el que todos debemos ayudar», ha incidido. Pocos metros detrás, Pedro portaba un carrito con sus dos hijos de 4 y 2 años, que ya el año pasado disfrutaron de la marcha. «Venimos porque es una iniciativa muy buena y la disfrutamos con los niños, los abuelos... Es un ambiente muy familiar», ha explicado, al igual que Tati, que también llevaba una sillita con dos pequeños. «Hace falta que se hable más de estos temas. La marcha sigue siendo necesaria», ha reivindicado Lara, que compartía camino con Tati.
Mientras los marchosos enfilaban avenida de Madrid, una veintena de miembros de la Federación de Peñas ya empezaba a rehogar las verduras en tres grandes peroles para que, al final de la ruta, todos recibiesen como premio unas exquisitas patatas con chorizo. «Todos los años participamos y ayudamos. Nos gusta y es una gran iniciativa», ha indicado Sergio, uno de los cocineros.
Mientras las cazuelas ya empezaban a coger calor, como un reloj llegaban un camión y un vehículo del Bhelma III, que descargaban las patatas ya peladas y litros de agua. Con todo en marcha, solo quedaba sudar en una fresca mañana, disfrutar de la compañía y recordar que la marcha es solo un día, pero que el trabajo de Aspace no para.
¿Tienes una suscripción? Inicia sesión