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Medicinas, comida y agua preparadas para Venezuela. AFP
De Logroño a Venezuela, el difícil camino de la ayuda humanitaria

De Logroño a Venezuela, el difícil camino de la ayuda humanitaria

AVELAR, Medicinas para Venezuela y Asociación Color preparan un segundo envío de medicamentos para el que ya hay fondos, pero no está exento de problemas

la rioja

Logroño

Lunes, 4 de marzo 2019, 17:03

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Logroño, donde viven más de 400 venezolanos, se ha convertido en las últimas semanas en uno de los canales por lo que la ayuda humanitaria, en forma de medicinas «camufladas», ha cruzado las barreras impuestas por el ejército venezolano y ha entrado en ese país gracias al proyecto Medicinas para Venezuela.

La presidenta de la asociación venezolana AVELAR, María del Mar Sicart; el coordinador del proyecto Medicinas para Venezuela, Gregorio Alarcón; y Diana Rivero, miembro de la Asociación Color, han explicado a EFE en qué consiste el proyecto y las dificultades que tienen para llevarlo a cabo.

Sus datos indican que Venezuela y su población están sufriendo, por ejemplo, una enorme falta de medicamentos, una desnutrición aguda y el regreso de enfermedades que fueron erradicadas, como la malaria y la tuberculosis.

Por ello, este grupo de venezolanos que viven en Logroño, a través de Medicinas para Venezuela, está recogiendo los medicamentos que los logroñeses ya no usan o les sobran para poder enviarlas a su país y, de esta manera, que las personas que las necesitan se beneficien de ellas.

Para la recogida de estas medicinas, reciben la ayuda de diferentes parroquias, entre ellas las logroñesas de Santiago, La Redonda, San Millán, El Buen Pastor, San Pablo, la Sagrada Familia y la de La Estrella; de algunos médicos y de varios comercios locales.

«Este proyecto ha surgido de una forma muy casera, la gente que tenemos allá se empezó a comunicar con los que estamos acá y nos decían que les faltaban ciertas medicinas y comenzamos esto para ayudar a amigos y familiares», ha explicado Sicart.

Los problemas y el segundo envío

Alarcón ha precisado que, para el primer envío, lograron reunir 25 kilos de medicinas y ahora trabajan para el segundo envío, para el que ya disponen de fondos gracias a que han organizado rifas y vendido arepas y empanadas, entre otras actividades.

El coordinador del proyecto ha informado que en el primer envío se remitieron más de 20.000 pastillas a las ciudades venezolanas de San Cristóbal, Puerto Ordaz, Barquisimeto, Valencia y Caracas.

Aunque Sicart ha afirmado que el principal problema es mandarlo porque «si enviamos directamente las medicinas a un hospital, el gobierno nos las quita, ya que en las aduanas requisan todo lo que vaya a un organismo público, por lo que tenemos que mandarlo a particulares».

«Esta persona a la que se le envía actúa de nexo, dado que esa caja va dirigida hacia distintas personas y ella es la que se encarga de llamar a esos otros destinatarios para avisarles de que su medicina ha llegado», ha contado Sicart.

Otro aspecto con el que estos venezolanos tienen cuidado es con el mercado negro que se crea con los medicamentos, por lo que «todo tiene que ser de boca a boca y personas de confianza, ya que es un tema delicado para el que está allí recibiendo», ha señalado Rivero.

«Nos han contactado asociaciones de niños con enfermedades especiales -ha añadido- porque necesitan, por ejemplo, anticonvulsivos, dado que están muriendo por las convulsiones».

Incluso, en esas situaciones, tiene que ser «una persona voluntaria de esa fundación que uno la conozca, ya que, a pesar de ser una organización sin ánimo de lucro, uno desconfía», ha señalado con tristeza.

Camuflaje

Alarcón ha explicado que, para que los envíos de estas medicinas lleguen a su destino, es necesario «camuflarlos» con algo de ropa o alimentos, todo esto para evitar que lo requisen en las aduanas.

Además, Rivero ha avisado que «no podemos mandar grandes cantidades a una misma persona porque la metes en problemas» y ese es el motivo por el que «lo hacemos a través de amigos, en pocas cantidades, a distintas ciudades y rotamos a las personas por su propia seguridad», ha añadido la miembro de Color.

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