Julio y agosto han sido los dos meses más secos de la última década en La Rioja

El inicio del verano fue un espejismo. Junio, cálido en lo térmico, con 22,7 grados de media frente a los 20,2 que le atribuye la Agencia Estatal de Meteorología (AEMET), impregnó la comunidad con intensas lluvias que acumularon 69,4 litros por metro cuadrado, 25,7 por encima de los registros habituales y con un porcentaje de precipitación regional del 174% superior, con oscilaciones que variaron del 116% en Rincón de Soto y el 338% en Cenicero. Pero la generosidad hídrica del verano se agotó ahí, que solo aportó 5,4 litros por metro cuadrado en los siguientes 60 días, 3,6 en julio y 1,8 en agosto, según las lecturas registradas en la estación meteorológica que la AEMET posee en Logroño-Agoncillo, la instalación de referencia para los indicadores históricos regionales.

La estadística convierte a estos dos últimos meses en los más secos de la última década, periodo en el que el año pasado se recogieron 41 litros por metro cuadro, 60 en los dos anteriores y 120,9 durante julio y agosto de 2017, con 86,6 y 34,3 litros por metro cuadrado respectivamente. En el lustro anterior, la cosecha hídrica en los dos meses claves del estío riojano ascendió a 29,6 en 2016 y en los cuatro ejercicios anteriores a 96 litros, 67,3, 30,3 y 26,5.

Además de la sequía, el verano de 2021 ha acumulado también algunas anomalías en lo térmico, inapreciables en julio, que acreditó una temperatura media de 22,8, -0,1 respecto a la histórica del 22,9; y muy evidentes en agosto, que, además de superar en 0,8 grados la temperatura media –23,5 frente a los 22,7 habituales, muy lejos, no obstante, de los 26,2 de 2003–, protagonizó una semana de intensa ola de calor en la que su máxima absoluta, 40,8 grados el día 14, arrebata el récord mensual que hasta la fecha ostentaba el 10 de agosto del 2012, con 40,6.

La sequía y las altas temperaturas de las últimas semanas empeoran el pronóstico del año hidrológico actual, que a falta de un mes para su cierre, el 30 de septiembre, acumulaba a 31 de agosto un déficit del 8,83%, ya que los 345,5 litros contabilizados en los 11 primeros capítulos suponen una merma de 33,5 litros respecto a los 379 que la estadística histórica AEMET otorga a La Rioja en dicho periodo. Los 15 litros recogidos ayer en la estación de Logroño-Agoncillo (la Agencia Estatal los vincula a agosto porque las lecturas se realizan de 7.00 horas a las 7.00 del día siguiente) elevan la suma actual a 360,5, todavía 44,5 por debajo de la media histórica.

También se aprecian en la reserva hídrica regional, que se ha visto reducida en el último mes en 29,56 hectómetros cúbicos al situarse en 65,342 el agua acumulada en los tres embalses gestionados por la Confederación Hidrográfica del Ebro –Mansilla, Pajares y González Lacasa–, lo que representa el 48,09% de los 135,857 hectómetros cúbicos totales. No obstante, aunque la situación es ligeramente peor que la de hace un año –70,9 hectómetros cúbicos– mejora la media de los últimos cinco años –58,599–, ejercicios en los que no se produjeron problemas de abastecimiento en la comunidad.

Por embalses, el mejor balance lo presenta el de Mansilla, con 41,25 hectómetros cúbicos, el 61,1% de su capacidad total; seguido de Pajares, con 13,41, al 38,1%; mientras que el González Lacasa, al 32,1%, aporta otros 10,56, hectómetros cúbicos.