El hijo del acusado: «No tengo ni la más mínima duda de la inocencia de mi padre»

Es «imposible» que su padre se hubiera levantado de madrugada el 13 de octubre de 2020, tal como afirma la Fiscalía, para viajar a Logroño, acabar con la vida de su mujer, Mercedes, de 56 años, y regresar a Gumiel. «En una casa de pueblo, vieja, con baldosas que suenan, que mi padre cogiera el coche viejo, diésel, de debajo de mi ventana, es imposible que no me diera cuenta», ha insistido.

El día 13 se despertaron sobre las 07.00 horas, el testigo se puso a limpiar y el padre se fue a tomar café y a llevar unos papeles a una bodega. Regresó sobre las 10.00 o 10.30 horas. Esa mañana llamó a su madre para decirle que habían terminado la vendimia y que su padre iría después, pero ya no le cogió el teléfono. Estaba preocupado porque horas después no le había devuelto la llamada.

Ha detallado que su padre regresó a Logroño y esa misma tarde, sobre las 15.30 horas, recibió una llamada del acusado cuando salía de una gasolinera en Aranda de Duero. «Me dijo que había encontrado a mi madre en el suelo, había mucha sangre y había llamado a los médicos, pero que estaba fría». «En ese momento -ha comentado entre lágrimas- no piensas en nada, se ha muerto tu madre».

El hijo viajó a Logroño y al ver a su padre «nos abrazamos los dos llorando y no me dejaron hablar con él, me cogió la psicóloga porque valoró que tenía que hablar conmigo». «Tanto él como yo estábamos en shock, tratando de asimilar lo ocurrido», ha asegurado.

En un primer momento, ha narrado que su padre pensó que se había suicidado, «pero a los cuatro días creíamos que era imposible, que la tenían que haber matado».

«Mis padres no estaban en situación de crisis, es un matrimonio normal, han discutido como todas las parejas, pero ninguna discusión grave que haga pensar que la pareja va mal. Mi madre se desvivía por los dos, cocinaba para un hijo y un marido con todo su corazón», ha respondido al preguntarle por la relación de sus padres.

También ha descartado que el matrimonio atravesara un mal momento económico, «no falta dinero en casa, pero mi padre no se gastaba 2.000, 3.000 euros -como así señaló una compañera de trabajo de la víctima en la vista oral-. Tampoco le he visto faltar una noche en casa, ha podido ir a cualquier merienda con los amigos y volver a la una».

Cuando le han preguntado por la indemnización que la Fiscalía reclama para él, ha sido rotundo al afirmar que «el primero que quiere saber quién ha matado a mi madre soy yo, si meten a mi padre en la cárcel no quiero recibir un dinero sabiendo que es una injusticia. No tengo ni la más mínima duda de la inocencia de mi padre».

Respecto a la relación de los hermanos de su madre, sobre la que le preguntaron al acusado en una sesión anterior, ha apuntado que era prácticamente inexistente. «Yo creo que se han unido su muerte, para esto. Han vivido todos en el mismo pueblo y no se han juntado ni para cenar en navidades», ha detallado.

Un hermano de la víctima que reside en Gumiel, donde regentaba una vinoteca, ha contado que el día 11 de octubre de 2020, pasadas las 23.00 horas, su cuñado entró en su establecimiento a tomar una cerveza. Lo volvió a ver al día siguiente, sobre las 15.00 horas, pero «no me dijo nada y me solía contar todo», ha destacado. Sobre la relación de la víctima con el acusado, ha indicado que supo después que ella quería separarse, se lo dijeron sus hermanas, «si me lo hubiera dicho, ahora estaría viva».

Otro de los hermanos de Mercedes ha asegurado que tenía una mala relación con el acusado desde hace 15 o 20 años porque «maltrataba a mi hermana y a mis padres igual». «Se iba por ahí con cualquiera y la dejaba sola». El resto de hermanos han ratificado la mala relación de la pareja. Mercedes, según su versión, tenía decidido separarse porque no aguantaba más. «Estaba muy cansada y él no cambiaba», ha afirmado.

Un agente de seguros ha señalado que tiempo después del suceso, posiblemente en el mes de octubre, A. E. M. le llamó para saber si había algún seguro a nombre de Mercedes. En febrero de 2013 había contratado uno de vida, pero este testigo no descarta que el procesado contactara con él por si existía uno de decesos para cubrir el servicio funerario. «De hecho nunca me han preguntado nada de este seguro de vida», ha dicho.

La sesión de este jueves ha continuado con la declaración de un amigo de la vícima y del acusado. «Teníamos una relación cordial, salíamos de vez en cuando a cenar», ha dicho para descartar a renglón seguido que tuviera una «aventura con Mercedes, era amiga y además, la mujer de mi amigo, no pudieron hacer -en referencia a la policía- un comentario que me ofendiera más». Este mismo testigo ha descartado que la víctima quisiera separarse del procesado, «era un matrimonio normal», ha valorado.