La Herradura de Haro y su vermut cierran a la espera del fin de la crisis del coronavirus
A pesar de las recomendaciones, cinco fueron los bares que ayer, durante la hora del vermut
Un sol radiante en el cielo, con el azul reflejando un espléndido día y todo aderezado con casi 20 grados de temperatura. Estas son las condiciones meteorológicas que la ciudad de Haro disfrutaba ayer sábado a las 14.00 horas. Un estado que hubiera atraído a cientos de jarreros y jarreas a las principales zonas de ocio de la ciudad.
Desgraciadamente, la fotografía que dejaban espacios como la Plaza de la Paz, la Herradura o el Mazo, era muy diferente.
Una señora paseando a su perro y dos parejas de viandantes es el resumen de las personas que se dejaban ver por el casco histórico de la ciudad cuando cualquier otra sábado a las mismas horas, sería imposible hacer un recuento de la gente paseando por las emblemáticas calles jarreras, o alternando en algunos de los establecimientos de la zona.
Los aparcamientos en este espacio de la ciudad, casi todos libres, también evidenciaban la situación anómala que vive Haro, al igual que la mayoría de lugares en España. La ausencia de supermercados y tiendas de alimentación ayudaba a que el centro de la ciudad pareciera una auténtico pueblo fantasma.
Tan sólo un bar de los más de 30 que se ubican en el casco viejo de Haro rompía la monotonía, aunque del total de establecimientos que decidieron ayer abrir, fue sin duda, por su localización, el que menos clientes recibió durante las horas centrales del día. Dos señores de avanzada edad entraban en el local cuando el reloj del Ayuntamiento de Haro marcaba las 14.15 horas de la tarde.
A medida que nos alejamos del centro, y nos acercamos a puntos de la ciudad donde se encuentran los supermercados y demás tiendas destinadas a suministrar alimentos a la población, la vida se hacía visible en Haro. En este contexto, las bolsas con víveres o productos de primera necesidad son las que priman en el cuadro que el coronavirus se encargó de pintar ayer en el municipio jarrero.
Cinco bares decidieron abrir
A pesar de las recomendaciones, cinco fueron los bares que ayer, durante la hora del vermut, optaron por no bajar la persiana. Cinco de los más de 50 que se distribuyen por todo el casco urbano de la ciudad, lo que supone menos del 10%. La realidad es que salvo el mencionado bar ubicado en el centro, el resto si que recibieron más clientela.
Un grupo de alrededor de 10 personas de juntaba en una terraza alrededor de un par de mesas en uno de ellos. En otro, observamos que entre los usuarios que ese encontraban en la repisa de la ventana y la que estaban en el interior, sumaban unos 20. El dueño, muy educado, accedía a hablar con nosotros, señalando que «no he cerrado ningún día. Los medios de comunicación y los políticos sois los que habéis alarmado a la población. No es para tanto y la gente sigue haciendo su vida normal, como puedes ver por la gente que está en el bar ahora mismo». El hostelero reconoce que no está ganando lo mismo que otros sábados, pero si como para seguir abierto.
En definitiva, y salvo casos concretos, el pote y tapeo típico de Haro queda aplazado con la esperanza y seguridad de que volverá a llenar las calles jarreras.