El fenómeno veraniego genera ciertos problemas logísticos en los municipios

Ezcaray, Munilla, Villoslada, Viniegra de Abajo o Torrecilla son cinco ejemplos de cómo la población que los habita se multiplica entre cinco y diez veces durante el verano. A pesar de que es un fenómeno que ocurre cada año, muchas veces es inevitable encontrarse con situaciones generadas por esta cantidad de gente. Los ayuntamientos apuestan por prevenirlas, pero en ocasiones se ven desbordados.

Uno de los mayores y visibles problemas en todos ellos es el aparcamiento. Desde Ezcaray, su alcalde Diego Bengoa afirma que «sí hay espacio para estacionar, solo que todos queremos dejar el coche debajo de nuestras casas y ahí es donde se generan las dificultades». De igual forma, explica que «hay veces que las basuras se sobran, a pesar de que en verano hay un día más de recogida y de que equipamos al pueblo con cantidad de contenedores».

En estos meses, además, la posibilidad de que haya escasez de agua es una realidad. Una situación que se ve agravada cuando los pueblos crecen en población, por lo que muchos de ellos han tenido que adoptar medidas preventivas, como en Munilla, donde tuvieron que construir hace unos años un depósito de agua potable para poder abastecer toda la demanda. Su alcalde, Claudio García, cuenta que «tiene una capacidad mucho mayor de la que habitualmente necesitaríamos, pero con el flujo de gente que viene en verano tuvimos que hacerlo de ese tamaño».En Villoslada y Torrecilla también disponen de este método de almacenaje hídrico. No obstante, los torrecillanos estos últimos meses han sufrido dos cortes de agua por las noches. Según aclara su alcalde, Sergio Martínez, «este año está siendo especialmente seco y por eso hemos tenido problemas; otras veces, si no, llega para todos». En cuanto la localidad serrana de Viniegra de Abajo, en caso de que sea necesario, suplen la escasez recurriendo a la potabilización del agua del río.

Por lo demás, el resto de servicios son cubiertos satisfactoriamente, según aseguran los alcaldes de estos pueblos riojanos. Las únicas diferencias son que para acceder a ellos hay que esperar más, como en las consultas médicas, o que se llenan casi al completo, como el caso del transporte público. «Pero estamos encantados de recibir a los visitantes», apunta desde Villoslada Julio Ignacio Elías. Sin embargo, a muchos de ellos, como al viniegrés Juan Ignacio Martínez, les gustaría que no se concentrara toda la población en unos pocos meses y se mantuviera la misma vitalidad durante todo el año.