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L.J.R.
LOGROÑO.
Miércoles, 24 de enero 2018, 19:54
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Julio Fernández, director del Equipo de Orientación Educativa de Logroño Oeste, no tiene dudas sobre las bondades de la jornada partida. Pero relativiza el impacto del tipo de jornada en el rendimiento escolar. «Hay que dimensionar los debates en Educación ya que tendemos a polarizarlo todo en temas que son poco relevantes. Hay que tener en cuenta que los relacionados con los factores organizativos, metodológicos, los puramente pedagógicos, explican solo el 7% del rendimiento académico. Son debates que distraen de lo que de verdad importa, que es el nivel socioeconómico de las familias, que justifica el 70% del rendimiento académico y sobre eso habría que trabajar profundamente», dice.
Con ese punto de partida incide en que «hay pocos estudios que analizan la incidencia de la jornada escolar, pero de los pocos que existen, la mayor parte de ellos se muestran partidarios de la jornada partida que de la continuada». Entre estos estudios que se decantan por el doble turno en las aulas, Fernández explica que hay dos grandes grupos: «Los que están relacionados con los factores fisiológicos (atención, errores cometidos, etc.) del alumno y que apuntan que al final de la mañana se produce una caída de los factores de atención y otros que están vinculados al rendimiento académico. Los pocos que hay viene a concluir que son mejores los de los alumnos que estudian con una jornada partida. En todo caso no sería lo mismo para los niños de 3 años que para los de 16. Quizá para los más pequeños es mejor la partida y para los mayores, posiblemente, la continuada».
En todo caso concede que las evidencias que se decantan por el modelo partido son «débiles» y defiende que quizá sería lógica una jornada continua «con un recreo prolongado, de 45 minutos».
Entonces, ¿por qué los padres apuestan por la continuada? «Al final votan según sus conveniencias. Nadie se ha planteado hacer un estudio sobre el rendimiento. La sociedad dice que se preocupa mucho por la educación, pero no se preocupa. Por ejemplo no tienen sentido las vacaciones en Logroño. Después del verano una semana de vacaciones en San Mateo, en San Bernabé también y el segundo cuatrimestre se hace eterno y se nota en la disciplina y en la atención del alumno».
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