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Paulino y Aurora, ayer en la celebración del cumpleaños de ella, junto a su familia. JONATHAN HERREROS

Cumplir los 100 juntos

Paulino y Aurora llevan ya casi 77 años casados y han podido celebrar las 'bodas de platino' (65) aunque podrían haber celebrado también las de titanio (70) y brillantes (75)

DIEGO MARÍN A.

Miércoles, 30 de mayo 2018, 12:51

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Afirma Paulino García Rojas, riojano de 101 años, que para alcanzar tan honorable edad 'tan sólo' hay que «trabajar mucho y tener muchos amigos», además de comer caparrones y beber agua de Entrena, «que es muy buena». No obstante, la protagonista ayer fue su esposa, Aurora Aragón Labarra, que celebró sus cien años. Los dos han sido vecinos de Entrena, aunque ahora viven en la residencia Montesclaros de Albelda, tuvieron una hija, Esther, de 75 años, que les hizo abuelos de María Esther y Ana Belén, y estas, a su vez, bisabuelos de Miguel, Luis, Alicia y Gonzalo, sus nietos de 7 a 12 años.

Llevan ya casi 77 años casados y han podido celebrar las 'bodas de platino' (65) aunque podrían haber celebrado también las de titanio (70) y brillantes (75). Ayer celebraron el cumpleaños de Aurora y la concejal de Servicios Sociales del Ayuntamiento de Entrena le entregó una placa conmemorativa a la nueva centenaria riojana.

Aurora ayudó al médico del pueblo de soltera y, después de casarse, además de ocuparse de la casa, también trabajó en el campo con su marido. Paulino llegó a ser cabo en la Guerra Civil «por méritos propios», apunta su hija. «Mis abuelos tenían un rebaño de cabras y desde niño iba con ellas, aunque luego se dedicó al campo. Cultivaba pepinillos, puerros, zanahorias, trigo, cebada... y vendía la cosecha a una cooperativa hasta que un año no nos pagaron. Después suministró a diversos particulares», recuerda Esther.

Aurora cumplió ayer 100 años y suma más de 77 años casada con Paulino

Antaño, a Paulino sus perros Sol y varias generaciones de Perla le acompañaban al campo y le cazaban «un conejo cada día», recuerda. «Han trabajado de sol a sol, no han ido a restaurantes... Mi abuela no ha salido de Entrena y mi abuelo, por la guerra se fue a Teruel», explica Ana Belén. A Paulino le gusta presumir de que tiene edad, ahora dice que tiene 102 años.

Aurora de lo que presume es de tener vista de lince; puede leer una revista entera sin gafas, aunque el oído ya no le responde tan bien. También goza de buena salud, tan buena que no pisó el hospital hasta hace dos años y cuando los médicos ya pensaban que se había extraviado su historial clínico porque no lo encontraban la familia les aclaró que quizá no tenía porque era la primera vez que la ingresaban.

A ella le gusta jugar a la brisca. «Es una alegría que lleguen a esta edad pero, por otro lado, yo ya tengo 75 años, ellos son muy mayores y yo, también», piensa Esther, quien reconoce que, en ocasiones, su madre le dice en voz baja: «Vámonos a casa, hija, ya nos las arreglaremos».

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