Garnica acepta reducir de 45 a 26 los despidos, de los que 10 serán voluntarios

La empresa y los representantes de los trabajadores –­entre los que tiene mayoría CCOO– habían alcanzado ya un preacuerdo sobre las indemnizaciones –que serán de 33 días por año trabajado hasta un máximo de 24 mensualidades frente a los 20 días por año y 12 mensualidades que prevé como mínimo la legislación laboral– y quedaba pendiente de determinar la cifra de trabajadores afectados, acuerdo que se alcanzó ayer a mediodía.

Garnica planteó un Expediente de Regulación de Empleo (ERE) para su departamento de administración al que pertenecen 113 personas, en varios casos con alta cualificación laboral, y que finalmente se saldará con ese máximo de 26 despidos. Las extinciones de empleo se formalizarán en octubre, salvo en los casos de recientes incorporaciones, si hubiera alguno, en los que se garantiza también al menos 90 días con el fin de que los afectados puedan acceder a una prestación por desempleo.

Asimismo, no se ejecutarán despidos en periodo de prueba (sin indemnización), sino que, si hubiera también algún supuesto de este tipo, se le aplicarán las mismas condiciones que al resto de los trabajadores. Por último, el acuerdo incluye también un precio especial para aquellos trabajadores que quieran contratar un servicio de recolocación en otras compañías.

Garnica es una importante empresa maderera a nivel mundial, que nació hace 82 años como un aserradero que puso en marcha la familia Garnica en su pueblo, en Baños de Río Tobía. Hoy en día es un grupo multinacional que mantiene en su nombre el apellido de los fundadores, pero cuyo control depende desde hace tiempo pertenece a fondos de inversión multinacionales.

En octubre de 2022, Carlyle hacía desembarcó en el grupo Garnica Plywood después de cerrar la compra de la mayoría de las acciones a otro fondo, Intermediate Capital Group (ICG), por un montante económico que rondó los 500 millones de euros. La familia Garnica así, como parte del equipo directivo, y algunos accionistas siguen manteniendo una cuota de participación en el negocio, aunque minoritaria.

Además de las tres plantas ubicadas en La Rioja (dos en Baños de Río Tobía y una en Fuenmayor) –se suma la sede central de oficinas–, Garnica tiene fábricas en Valencia de Don Juan (León) y Llodio (Álava). Y fuera de España cuenta con dos en Francia (Aquitania y Troyes), con una facturación estimada de unos 350 millones anuales.