El retroceso de la industria en La Rioja arrastra a una caída en el consumo eléctrico del 9,8%
La comunidad sufre la cuarta mayor bajada de España en el periodo 2019-2024 y, a diferencia de otros territorios, sus fábricas «aún no se recuperan» del covid
La producción industrial descendió en La Rioja un 4,8% durante el pasado mes octubre en la tasa interanual y fue la segunda comunidad autónoma, ... después de Galicia, con una mayor caída. Este retroceso en el IPI (índice de producción industrial) no es un hecho puntual en nuestra región, que arrastra desde la pandemia un bajón en esta actividad que empieza a ser preocupante a juicio de los empresarios. «En estos años se ha producido un estancamiento o debilitamiento industrial generalizado en España y en Europa», reconoce el presidente de la Federación de Empresas de La Rioja (FER), Eduardo de Luis, pero que también afecta al territorio riojano, apunta, y que tiene como consecuencia «una pérdida de actividad industrial que es absolutamente necesario recuperar y mantener», añade el dirigente de la patronal.
Esta parálisis industrial también está detrás, por ejemplo, del notable descenso durante el periodo 2019-2024 del consumo eléctrico, un parámetro que apunta hacia un mayor o menor dinamismo económico y de actividad en un territorio. Y bajo el foco de una imprescindible mayor eficiencia, parece ser que en La Rioja se han recortado las necesidades energéticas. Al menos así se desprende de un estudio basado en datos de la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC) elaborado por la compañía Papernest. En estos últimos seis años ese consumo ha descendido un 9,86% –de 1,52 millones de megavatios por hora a 1,37 millones–, una reducción «especialmente significativa al compararla con la media de las provincias españolas, donde la caída ha sido del 5,61%», destacan los autores del informe.
Noticia relacionada
«La sobrerregulación y la excesiva burocracia penalizan a las pymes»
Este descenso de la demanda eléctrica un 75% superior al promedio nacional sugiere que ha habido un ajuste más acusado en los hábitos de consumo pero también en la actividad económica e industrial, acentuado por la crisis energética derivada de la guerra en Ucrania, hasta el punto de que La Rioja es el cuarto territorio –se analizan las diecisiete comunidades– con mayor caída después de Galicia (La Coruña), Asturias y Cantabria. La tendencia es descendente desde 2020, el año de la pandemia, y se agrava a partir de 2022. «Se observa que el consumo industrial ha sido el segmento determinante en la evolución energética de la región», concluye Papernest.
Impacto económico «directo»
Entre 2022 y 2024 el sector industrial reduce su demanda un 7,24% –de 741.638 megavatios por hora a 687.937– y dado que la industria concentra más de la mitad del consumo eléctrico regional, «esta caída sostenida es la que explica en mayor medida el retroceso global» en La Rioja. Un descenso de este calibre «no solo refleja menor actividad productiva sino que también apunta a un impacto económico directo» para el territorio.
Además, y a diferencia de otras comunidades, nuestra industria «todavía no se recupera de la caída generalizada que hubo durante el covid», apuntan los autores del informe. El consumo de las pequeñas y medianas empresas (pymes) también ha descendido pero en menor medida –un 4,52% entre 2022 y 2024–, mientras que el doméstico se mantiene prácticamente estable, con un ligero incremento del 0,38%.
El decano del Colegio de Economistas de La Rioja, Ernesto Gómez Tarragona, considera que «se confirma la desindustrialización» que afecta a nuestra comunidad pero también «retroceden otras porque los mayores descensos de consumo eléctrico se dan en zonas industrializadas como Asturias (15,08% de caída) o Cantabria (12,63%) junto a nuestros vecinos de País Vasco (7,74%) o Navarra (7,34%)». En cambio, Aragón lidera el crecimiento de consumo, con un 10% más que en 2019; el despliegue de proyectos logísticos y de centros de datos, además de los industriales, seguramente esté detrás de ese incremento de necesidades energéticas.
A pesar del descenso de la demanda, los puntos de suministro eléctrico han crecido un 3,26%, en línea con el aumento nacional
Aunque en La Rioja «no hay industrias altamente intensivas en consumo eléctrico como pueden ser las papeleras o las empresas de prefabricados de hormigón», Gómez Tarragona recuerda que «aquí sí tenemos compañías auxiliares en la automoción –proveedores de piezas para grandes fabricantes de coches– que también son consumidores importantes». Y ese sector está sufriendo la parálisis industrial por la caída en las ventas de vehículos, sin olvidar el hándicap que supuso la crisis de los microchips a renglón seguido del covid.
El número de puntos de suministro, sin embargo, sí ha crecido en La Rioja entre 2019 y 2024 de 248.069 a 256.167, un aumento del 3,26% en línea con el incremento a nivel nacional (3,41%). El estudio con datos de la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia refleja en la comunidad una red en expansión «y sin señales de contracción estructural». Este hecho contrasta con la referida caída en el consumo eléctrico, con lo que el descenso en la demanda «responde a una menor actividad económica, no a una reducción del tejido energético ni a un cierre de instalaciones o suministros».
¿Tienes una suscripción? Inicia sesión