Un hombre observa el río Ebro a su paso por las huertas de Varea intentando encontrar a Javier Márquez esta semana. SONIA TERCERO

«Cada caso de desaparición es distinto y puede alargarse»

La de Javier Márquez Villaverde es la única investigación abierta en La Rioja por ausencia y la Policía Nacional y la Guardia Civil informan de que la mayoría de casos se resuelven los primeros días

Diego Marín A.

Logroño

Sábado, 9 de marzo 2024

Este sábado se celebró el Día de las Personas Desaparecidas. Actualmente, en La Rioja, solo se mantiene abierta una investigación por desaparición, la del joven calceatense Javier Márquez Villaverde, de quien no se sabe nada desde la madrugada del pasado 2 de marzo, aunque hay más casos, como el de Awa Semaga (2017), Pilar Tolosa (2008), Gregorio Miguel Iturza (2005) y El Haj Saidi (2000), todos desaparecidos en Logroño. Cada caso es distinto, y algunos se resuelven rápido y felizmente, como el de Javier Rioja, quien se ausentó de Nájera el 8 de febrero y apareció en Logroño dos días después; el de Maikel Sáenz, quien se fue de su casa en Fuenmayor el 27 de junio y fue hallado en Albelda al día siguiente; o el de la calceatense Soraya Jorge, quien desapareció el 5 de febrero de 2023 en Logroño, donde reapareció al día siguiente.

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Unos jóvenes de Santo Domingo colocan carteles de la desaparición de Javier Márquez en Logroño. D.M.A.

A diferencia de la creencia popular de que deben pasar 24 horas para poder denunciar la desaparición de un adulto, la Policía Nacional y la Guardia Civil aclaran que no es así. Si creemos que alguien ha desaparecido en contra de su voluntad o está en peligro, debemos denunciar cuanto antes. «Siempre es mejor agilizar el proceso desde un principio, ya que cuanto antes conozcamos las circunstancias de la situación, más posibilidades existen de localizar a esa persona. Las primeras horas son fundamentales», explica Miguel Ángel Sáez, portavoz de la Guardia Civil en La Rioja. «Hablamos de vidas. Cuando algo nos hace creer que una persona corre peligro, la denuncia debe ser inmediata para facilitar ciertas medidas cautelares», dice Olga Fernández, portavoz de la Policía Nacional.

Cada situación origina unos pasos diferentes en la investigación, aunque lo primero suele ser intentar posicionar el teléfono móvil, revisar si hay movimientos en la tarjeta de crédito y hablar con el entorno del desaparecido, no solo la familia. «Dependiendo de las circunstancias se abren diferentes vías de investigación. Puede haber una motivación, como una discusión o una enfermedad, y que exista una voluntariedad», expone Olga Fernández, recordando casos en los que, tras una denuncia, se ha localizado a la persona, se le ha comunicado que lo buscaban pero manifiesta que se fue para cambiar de vida. «Hay investigaciones que determinan la voluntariedad. Si lo manifiesta la persona buscada, la familia debe aceptarlo», apunta Olga Fernández.

Base de datos de la UE

En cambio, si parece una desaparición forzosa, la investigación se agiliza. «Si desde un primer momento hay indicios de la comisión de un delito, la activación de Policía Judicial es inmediata, poniendo todos los recursos disponibles a trabajar en la investigación», informa Miguel Ángel Sáez. Y cada institución tiene unidades especializadas en diferentes terrenos para poder trabajar más adecuadamente y su activación «depende de las características del terreno donde se presume que pueda encontrarse la persona», indica Sáez.

La relación de los investigadores con las familias de los desaparecidos se realiza mediante un interlocutor que no solo les informa, también les presta apoyo emocional y puede conocer más detalles de las circunstancias personales del entorno. «Con los familiares y allegados es importante tener una relación cercana y constante, lo que redunda en una mayor efectividad a la hora de la investigación de las posibles causas y su paradero», aporta Sáez.

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Las frases

«Cuando algo nos hace creer que una persona corre peligro, la denuncia debe ser inmediata para facilitar ciertas medidas»

Olga Fernández

Policía Nacional

«Con los familiares y allegados es importante tener una relación cercana y constante, lo que redunda en una mayor efectividad»

Miguel Ángel Sáez

Guardia Civil

El Código Civil marca un plazo de un año para considerar legalmente desaparecida a una persona y de diez para darla por muerta, aunque en casos de catástrofes se puede reducir ese plazo a ocho días. Al denunciar una desaparición, la información se comparte en una base de datos de la UE. Existe, incluso, una base de datos de restos humanos sin identificar. «Mientras tengamos líneas de investigación, seguimos trabajando. Si la persona está viva y un día, por ejemplo, se hospeda en un hotel, queda registrado y podemos localizarla», advierte Fernández.

Si bien el paso del tiempo no suele ser buen síntoma. «La mayoría de los casos son desapariciones temporales, personas que deciden irse y en cinco o seis días, por movimientos bancarios, logramos dar con ellos. Otras veces no es tan fácil», confiesa Fernández. «La mayoría de los casos se resuelven en las primeras 24 o 72 horas. No obstante, cada caso de desaparición es distinto y hay veces que las investigaciones pueden alargarse bastante tiempo», expone Sáez. La de Javier Márquez cumple ya una semana.

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