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Droga intervenida al grupo criminal. :: p.n.
Cuatro guardias civiles se enfrentana 17 años y medio acusados de integrar un grupo criminal

Cuatro guardias civiles se enfrentana 17 años y medio acusados de integrar un grupo criminal

La Fiscalía sostiene que los agentes y otras tres personas pactaron la compra de 100 kilos de hachís que acabaron robando a los narcos

LUIS JAVIER RUIZ

LOGROÑO.

Lunes, 21 de mayo 2018, 00:36

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La operación se cerró el 11 de septiembre del 2016. Siete detenidos, cuatro agentes de la Guardia Civil (dos en la reserva y dos en activo -uno del GAR de Logroño y otro de los antidisturbios de León), dos empresarios (el dueño de un gimnasio en Logroño y el de un bar de Ibiza) y un vigilante de seguridad de la capital riojana. Los siete se sentarán este martes en el banquillo de la Audiencia Provincial de La Rioja acusados de ocho delitos -grupo criminal, contra la salud pública, robo con violencia con uso de armas, detención ilegal, tenencia de armas y tres leves de lesiones-por los que el Ministerio Fiscal solicita una condena de 17 años y medio de prisión y una multa (o un año más de cárcel) de 1.778.261,13 euros. En esencia, están acusados de constituir un grupo criminal para llevar a cabo un 'vuelco' a un grupo de narcotraficantes de Marruecos, esto es, simular que querían comprar la droga para, finalmente robársela haciéndose pasar por agentes de la Guardia Civil.

A.I.A. (vecino de La Coruña) y J.A.F.L. (domiciliado en Logroño), ambos agentes de la Guardia Civil en la reserva y amigos personales, fueron los que, se desprende de la acusación del Ministerio Fiscal, ejecutaron buena parte de un plan que tuvo como 'base' operativa el gimnasio Santamaría de Logroño -propiedad de uno de los imputados (V.S.M.) y al que acudían regularmente otros tres-. Allí desarrollaron varios encuentros para coordinar el asalto y fue el punto desde el que partieron rumbo a Marbella el día 10 de septiembre del 2016.

Según el fiscal, los dos agentes en reserva organizaron los contactos y encuentros con B.L. (vecino de Logroño y a quien se investiga por un presunto delito contra la salud pública) para trasladarle su intención de adquirir 210 kilos de hachís. A.I.A. (José, 'el gallego', como le llamaban los narcos) fue el encargado de mantener los contactos con B.L. (que actuó como intermediario con los narcos de Marruecos que finalmente facilitaron el hachís). Así, el 16 de junio se trasladó a Logroño -alojándose en la vivienda de su amigo J.A.F.L.- para reunirse con B.L. en la calle Manzanera. Como precaución, el guardia civil gallego viajó sin teléfono móvil y llamó a B.L. desde una cabina de la calle Fuenmayor de Logroño.

Primer viaje a Marbella

Esas negociaciones fructificaron y el intermediario y José 'el gallego' se volvieron a citar en el intercambiador de Avenida de América en Madrid y se desplazaron a Marbella para «reunirse con una tercera persona no identificada [...] con el fin de entregarle muestras de hachís para verificar su calidad», dice el fiscal. El intermediario, tras contactar con suministradores del norte de Marruecos, informa al grupo criminal de Logroño que la venta se efectuará el 10 de septiembre en la provincia de Málaga.

Un día antes de esa cita, el guardia civil gallego puso rumbo a La Rioja y se reunió con su amigo en Santo Domingo, desde donde se dirigieron a la estación de ferrocarril de Logroño para gestionar el alquiler de un vehículo. Tras pasar por el gimnasio Santamaría, se marcharon a la vivienda de la calle Fuenmayor propiedad de J.A.F.L., donde pernoctaron.

Llegada a Marbella y 'vuelco'

El resto de miembros del grupo criminal entraron en acción el 10 de septiembre. A primera hora, seis de ellos -salvo el hostelero ibicenco, que voló esa mañana a Madrid- se reunieron en el gimnasio Santamaría antes de partir en dos vehículos -propiedad de José 'el gallego' y del vigilante de seguridad de Logroño- hacia Barajas. En Madrid recogieron a J.M.A.R. y alquilaron un vehículo y una furgoneta en la que ocultaron las herramientas, armas, vestimenta y los útiles necesarios para dar el 'vuelco' a los narcos marroquíes.

Ya a última hora del día los cuatro vehículos llegaron a un centro comercial de Marbella donde estacionaron dos de ellos. El tercero lo aparcaron en un peaje de la AP-7, cerca de San Pedro de Alcántara, y todos se introdujeron en la furgoneta: cinco de ellos ocultos en la parte trasera y el empresario ibicenco y José 'el gallego', en los asientos delanteros. Tras recoger al intermediario de los narcos llegaron al lugar elegido para el intercambio, un polígono de Marbella donde les esperaban los dos vendedores con casi 100 kilos de hachís.

Y en ese momento los siete imputados pusieron en marcha su verdadero plan. De la parte trasera de la furgoneta salieron, «de forma sorpresiva», dice el fiscal, cinco de los acusados «encapuchados, con chalecos e identificaciones de la Guardia Civil y portando armas». Simulando estar desarrollando una operación del instituto armado y se identificaron como agentes, por lo que los traficantes «adoptaron una actitud colaboradora». En todo caso, los siete imputados «les golpearon repetidamente y los ataron de pies y manos con bridas» antes de «transportar el total de la mercancía a la furgoneta» alquilada. Consumado el robo, les abandonaron en el lugar tras robarles la documentación y pincharles las ruedas de sus vehículos.

Cazados por la UDYCO

Recuperados los coches aparcados en Marbella, el grupo repartió la droga entre los vehículos y se dirigió hacia Logroño con el empresario ibicenco como lanzadera para detectar la presencia policial. La comitiva se detuvo en un área de descanso de Casabermeja (Málaga) en donde fue interceptada por agentes de la UDYCO de la Policía Nacional. Uno de ellos, el guardia civil de León, consiguió huir, si bien fue detenido días después en la capital castellana. El empresario ibicenco que actuaba como lanzadera consiguió refugiarse en un hotel de Guarromán (Jaén), donde fue localizado por la Policía Nacional.

En el registro de los vehículos y de cuatro viviendas -tres en Logroño y una en La Coruña, junto a la droga, la Policía Nacional localizó armas simuladas y reales «preparadas para disparar», vestuario e identificaciones de la Guardia Civil.

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