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¿A COSTA DE QUIÉN SE COME BARATO?

JUAN QUINTANA - LA TRILLA

Sábado, 17 de febrero 2018

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De acuerdo con los datos de Eurostat publicados a finales del 2017, el índice de nivel de precios de los alimentos en España está 11 puntos por debajo de la media de los 38 países europeos, lo que nos posiciona en el puesto vigésimo de esta lista. Con respecto a la media de los 28 países de la Unión Europea, el índice es cuatro puntos más bajo que la media. Comer en España es más barato que en cualquiera de los quince principales países europeos, salvo Portugal, que se sitúa un punto por detrás. Por ejemplo, si se compara con Italia, son 17 puntos los que nos separan.

La cuestión es si responde a un modelo productivo altamente eficiente o si este bajo precio de los alimentos se obtiene a costa de la rentabilidad económica de las empresas de la cadena alimentaria. Sobre este asunto entramos en pleno debate sobre la justa retribución a todos los eslabones, en particular a los agricultores y ganaderos.

Es cierto que el nivel de renta media en muchos de estos veinte países arriba mencionados es superior al español, lo que justificaría unos mayores costes de la cadena y unos precios más altos del producto final. Pero esto no sucede en todos, solo en trece de ellos. Además, el nivel salarial en España está en la media de la UE-28. Es decir, estamos más altos en el ranking salarial que en el de precios de alimentos. Por otro lado, el diferencial de renta no compensaría los costes extra de la agricultura y ganadería española.

Ahora, en Francia, donde el índice de nivel de precios es 18 puntos más alto que en España, acaban de aprobar un proyecto de ley para intentar fijar unos precios mínimos para los agricultores y ganaderos. Un planteamiento muy tentador para el agro. La cuestión es si se va a poder trasladar a una norma clara, operativa y que no conculque la libre competencia. No parece fácil. Se trataría de acuerdos intersectoriales que garanticen una banda de estabilidad, algo deseado tanto para los productores como para la industria. Este planteamiento ya se hace en algunas cadenas de distribución, que han llegado a este tipo de acuerdos con sus proveedores.

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