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Coronavirus en La Rioja: ¡Vivan los novios (en casa)!

¡Vivan los novios (en casa)!

Lucía Oyaga y Adrián Grijalba tuvieron que cancelar su boda por el COVID-19 pero la celebraron en la intimidad de su casa de Logroño el pasado sábado y con invitados virtuales

Diego Marín A.

Logroño

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Lunes, 30 de marzo 2020, 18:21

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El pasado sábado 28 de marzo la pareja logroñesa formada por Lucía y Adrián iban a casarse, pero no pudieron hacerlo. Aunque lo celebraron en casa solos y virtualmente con amigos y familiares. Iban a contraer matrimonio en una ceremonia civil, inscribiéndose en el Ayuntamiento de Logroño el viernes y celebrando el banquete en el restaurante La Huerta Vieja de Laguardia (Álava), y no pudieron hacer otra cosa que celebrar la boda en la más estricta intimidad de su domicilio, como obliga el estado de alarma y el confinamiento.

Lucía Oyaga, maestra de 31 años, y Adrián Grijalba, de 28, tenían previsto disfrutar del viaje de novios en Tailandia, pero cambiaron de planes hace un mes y medio. «Nos empezó a dar miedo, pensando que el problema del COVID-19 iba a quedarse en Asia, y cambiamos de destino, a Nueva York y Riviera Maya. Después, cuando cerraron los colegios y se declaró la epidemia mundial, cancelamos el viaje y empezamos a dudar, viendo que en Italia se cancelaban las celebraciones», cuenta Lucía. Después de constantes llamadas al restaurante durante tres días, por el miedo a que muchos de sus 180 invitados, gran parte de Madrid, no pudieran asistir, acabaron por tomar la definitiva decisión de aplazar su casamiento al sábado 17 de octubre.

«Al principio nos dio mucha pena, pero al final ha sido un alivio porque lo peor es la incertidumbre de si te vas a poder casar, abrazar a tus seres queridos…», confiesa Lucía, que también bromea con el hecho de que, ante las primeras dudas de aplazar o no la boda, Adrián sospechó que ella no se quería casar. Pero el pasado sábado, con todo el domicilio lleno de regalos y material de decoración para la boda, decidieron celebrarlo. «Lo más duro era recogerlo todo porque es cuando te das cuenta de que era todo real y de que no nos íbamos a casar, así que decidimos ponernos nuestros trajes y, a la vez que enviábamos a todos los invitados la nueva fecha del enlace también les pedimos que ese día se quitaran el pijama, se pusieran guapos y se preparasen algo riquísimo para comer y así lo celebrasen con nosotros en la distancia», relata Lucía. Lo prepararon todo, de nuevo, con antelación, aunque esta vez de apenas unos días, lo justo para poder celebrar también la preboda, porque las despedidas de solteros, eso sí, ya estaban disfrutadas.

El resultado fue un día inolvidable, una boda ficticia y virtual pero divertida. «Pensábamos que nos iban a enviar cuatro fotos pero alucinamos, tuvo mucha aceptación y la gente se lo curró», asegura la novia. Hubo hasta corte de tarta (una casera, como casi todo) y, después de los aplausos al personal sanitario de las 20.00 horas, desde el balcón anunciaron con un megáfono a sus vecinos del parque Miguel Hernández de Logroño que se habían 'casado' como habían podido, y así recibieron unos emocionantes «¡Vivan los novios!». «Fue precioso, no imaginé nunca nada mejor», admite Lucía.

Y lo mejor es que aun les queda otra boda, la real, por celebrar, en otoño. «Todavía estamos recogiendo la casa del fin de semana y seguimos ilusionados. Cada vez se nos ocurren más ideas. Fue un gran día y nos sentimos afortunamos por tener a tanta gente que nos quiere», declara Lucía, quien reconoce que «lo único que no nos atrevimos a estrenar fueron los anillos, por lo demás, me puse hasta la liga».

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