«Hay muchas nuevas realidades, y algunas son trágicas»
Magdalena Pérez | Presidenta del Teléfono de la esperanza en La Rioja ·
«El virus ha supuesto difultades emocionales que se arrastrarán durante tiempo», asegura PérezM. ISABEL MARTÍNEZ
LOGROÑO.
Domingo, 21 de junio 2020, 20:44
Nueva normalidad. Son las palabras de moda. Hablamos de nueva normalidad y homogeneizamos su sentido y significado para toda la población. Con una interpretación ... manifiestamente positiva. Sin embargo, hay personas, colectivos para los que esa pretendida normalidad será especialmente dura. Los hay que ya entraron en el estado de alarma con severos problemas de salud mental. A ellos se añaden quienes se han visto especialmente sacudidos por la pandemia, con pérdidas de familiares, de puestos de trabajo... y afrontarán los nuevos tiempos más dañados, con menos fortaleza psicológica y con los recursos emocionales agotados.
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Todos ellos, y cualquier persona que lo necesite, reciben atención en el Teléfono de la esperanza de La Rioja. Su presidenta, Magdalena Pérez, cree que «asumir esta experiencia nos llevará tiempo» y que el nuevo escenario exigirá «un cambio global».
– Hablar de 'nueva normalidad' como una situación igual e igualitaria para todos es una entelequia, ¿no? Hay muchas y muy diferentes 'nuevas normalidades'.
– 'Nueva normalidad' es un eufemismo detrás del que se esconden muchísimas nuevas realidades, gran parte de ellas, complicadas, algunas, trágicas. Para muchas personas la 'nueva normalidad' supone levantarse cada día sin un sitio al que volver a trabajar o con la ausencia de seres a los que se ha perdido, de los que probablemente no se pudieron despedir. El paréntesis del confinamiento nos ha colocado en una dimensión a la que hemos llegado de repente, sin estar preparados. Quizás algún día el ajuste a estas nuevas realidades y el sentimiento de vivencia colectiva nos ayude a normalizar una experiencia que se aleja mucho de lo normal.
– Con la perspectiva ya del tiempo transcurrido, ¿qué efectos cree que ha tenido el COVID sobre la salud mental de la población?
– El virus nos ha expuesto a todos a vivencias muy complicadas que para muchas personas han supuesto dificultades emocionales importantes que se arrastrarán durante tiempo (miedo, ansiedad, depresión, duelos...). Además, la pandemia ha traído también daños colaterales: pérdidas de trabajo, de relaciones, duelos por fallecimientos sin despedidas o por divorcios que han explotado en el confinamiento, secuelas físicas de la enfermedad... estos son elementos desencadenantes que pueden activar estados de ánimo de riesgo como depresiones, desesperanza, consumo de sustancias...
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El número de teléfono de la sede del Teléfono de la Esperanza en La Rioja es 941 49 06 06
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– ¿Asumimos ya lo que hemos vivido... y lo que nos queda?
– Asumir esta experiencia nos llevará tiempo, sobre todo porque no ha terminado y no sabemos qué nos queda por vivir. Tenemos la sensación de haber 'controlado' la pandemia y esto nos empuja a movernos hacia la 'normalización'. Es funcional, nos ayuda. Pero sabemos que el COVID está arrasando en otros países. La OMS dijo: «El nuevo coronavirus quizá nunca desaparecerá y la población tendrá que vivir con él». Probablemente sea así y nos tengamos que preparar para ello, lo que nos exigirá un cambio global.
– Al presentar su informe de actuación sobre los efectos del COVID y la salud mental, el secretario general de Naciones Unidas destacó que las personas que corren mayor riesgo en la actualidad son los profesionales sanitarios que trabajan en primera línea, los mayores, adolescentes y jóvenes, personas con afecciones de salud mental preexistentes y las que están atrapadas en conflictos y crisis. ¿Coincide con la radiografía?
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– Coincido con la radiografía de los grupos de más riesgo. Hay personas que van a poder elaborar lo sucedido de una manera resiliente, pero también va a haber personas más vulnerables que van a verse más afectadas y debilitadas.
«Quizás algún día el sentimiento de vivencia colectiva nos ayude a normalizar la experiencia»
EL FUTURO
– Por su parte, la directora del Departamento de salud mental y consumo de sustancias de la OMS señaló días atrás que en anteriores crisis económicas aumentó el número de personas con problemas de salud mental, que provocó un aumento en la tasa de suicidios. ¿Es previsible que se repita este escenario?
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– En las crisis importantes el número de suicidios ha disminuido durante el tiempo crítico significativamente. No tenemos aún los datos definitivos de ésta porque no ha terminado y no podemos sacar conclusiones, pero, hasta ahora, con datos del Teléfono de la esperanza, SOS Rioja y el Instituto de Medicina Legal, podemos decir que no hay un incremento significativo de los suicidios consumados. El confinamiento fue un elemento estresor para muchas personas pero también muy protector frente al suicidio para otras. No sé hasta qué punto esto se ha podido compensar.
– En La Rioja, ¿cuántos suicidios se han registrado en los dos primeros trimestres del año?
– Las cifras que tenemos del Instituto de Medicina Legal y Forense, coincidentes con las registradas por SOS Rioja, entre 1 de enero y 2 de junio indican que ha habido 13 fallecimientos por suicidio. Durante el primer trimestre, 2 y durante el segundo, 11.
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La nueva normalidad no tiene un único carril. «Hay muchísimas 'nuevas realidades', gran parte, complicadas y algunas, trágicas», recuerda Pérez
COMPARATIVA
– ¿Cuál es la comparativa del segundo trimestre en relación al mismo periodo del año anterior, teniendo en cuenta que en este 2020 coincide prácticamente con el estado de alarma decretado?
– Es difícil hacer una lectura de los datos de muertes por suicidio que nos pueda ofrecer explicaciones claras. Dentro de unos meses, con los datos sobre la mesa, podremos hacer análisis más fiables. No obstante, sabemos que durante todo 2019 se registraron 30 muertes por suicidio en La Rioja y que la tasa del mismo semestre del 2020 está en la media del 2019 por estas fechas.
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– ¿Ha influido el confinamiento o alguna derivada del COVID en las cifras del segundo trimestre?
– Es un error pensar que el suicidio es fruto de una causa. En conducta suicida no hay nunca una causa única, el coronavirus o el confinamiento tampoco lo son. La conducta suicida es fruto de la conjunción de muchos factores de riesgo (genéticos, personales, familiares, sociales, ambientales...). Sí sabemos que hay experiencias que pueden ser desencadenantes, es decir, que habiendo otras variables activas, siempre individuales, cuando suceden pueden desencadenar ideación o conducta suicida. En la mayoría de los casos de personas que han fallecido por suicidio en este período y en esta región había otros factores presentes que no tenían nada que ver con el confinamiento.
– ¿Han notado un cambio de mensaje en las personas que les llaman ahora en relación a los que recibieron en el tiempo de confinamiento?
– No especialmente. Durante el confinamiento la mayoría de las llamadas eran de los mismos temas que escuchamos el resto del año, soledad, conflictos relacionales, miedo, ansiedad, pérdidas...
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–¿Y han detectado un aumento de llamadas de personas con pensamientos suicidas en el desconfinamiento y la desescalada?
– ¿Hay más casos de ideación suicida por la pandemia? No lo sé, sí sé que hay más casos de personas que han pedido ayuda. Así como el número de suicidios consumados no se ha incrementado significativamente, lo que sí ha aumentado en abril y mayo es el número de llamadas de personas en crisis. Un alto porcentaje son personas con trastornos mentales que han agudizado su estado. Estas verbalizaciones pueden considerarse 'ideaciones normales', porque la realidad es que ha sido duro. Estamos en un momento de acumulación de muchas pérdidas difíciles de elaborar que en un tiempo, en su proceso normal, a veces con ayuda, se habrán elaborado bien, aunque haya otras, las menos, que se puedan complicar.
– ¿Cuál es el perfil de las personas que llaman?
– Cualquiera que esté viviendo una situación difícil de gestionar a nivel emocional, desde adolescentes hasta personas mayores, aunque el 70% de las llamadas son de personas entre 30 y 55 años.
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«Todas las amenazas de hacerse daño a sí mismo se deben tomar en serio»
Saber interpretar los signos de alerta. No minusvalorar las amenazas de autolesionarse ni entenderlas como un chantaje o manipulación por parte de quien las profiere puede salvar vidas, advierte Magdalena Pérez.
– ¿Qué signos pueden ponernos sobre aviso de posibles ideas suicidas de una persona?
– La mayor parte de las personas que han intentado suicidarse previamente expresaron su intención con palabras, gestos o cambios de conducta. Sólo un escaso número de suicidios se produce sin aviso. Hay creencias erróneas que dificultan estar atentos. Creemos que la persona que expresa su deseo de acabar con su vida nunca lo hará, o que quien se quiere suicidar no lo dice. Son creencias erróneas que sólo conducen a minimizar las amenazas suicidas. Estas verbalizaciones NUNCA deben ser consideradas un alarde de chantaje o manipulación. Todas las amenazas de hacerse daño a sí mismo se deben tomar en serio.
– ¿Y cuáles son las señales de alarma?
– Pueden ser verbales y no verbales. Y son variadas, ya que podemos encontrarnos con personas con un aumento de la irritabilidad, de la ingesta de alcohol... Pero también con quienes manifiestan un período de tranquilidad cuando previamente había gran agitación. Tenemos que estar alerta si observamos apariencia triste la mayor parte del día, ansiedad, dificultad para dormir, descuido de la apariencia personal, aparición de lesiones, pérdida de interés o de apetito, regalar objetos personales preciados, cerrar asuntos pendientes, preparar documentos para cuando uno no esté, buscar medios para hacerse daño, despedidas verbales o escritas...
– ¿Qué se puede hacer ante una situación así?
– Estar dispuesto a preguntar y a escuchar, sin juicios, sin reproches. Abrirle la puerta a que comparta lo que le pasa es el primer paso para encontrarse mejor y buscar caminos que le ayuden. Acudir a la ayuda profesional y trabajar para construir la vida que realmente le merezca la pena vivir. Con ayuda se puede.
– ¿Deben las administraciones activar más planes de prevención de conductas suicidas?
– Deben. Urgentemente. El suicidio se puede prevenir, como los accidentes de tráfico o la violencia de género, y para ello se necesitan políticas de prevención.
– ¿Sigue siendo el suicidio un tabú hoy día?
– En nuestro contexto, cada vez menos. Trabajar de manera responsable para que esta realidad se haga visible es la mejor forma de seguir avanzando. Es una tarea comunitaria. Hay que concienciarse de que cualquiera en un momento puede ayudar a cambiar el rumbo de una vida.
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– Recuérdelo, por favor, una vez más. Siempre hay salida.
– Todas las crisis son transitorias. Aunque parezca que no hay salida, busca ayuda y déjate ayudar, confía, puedes aprender a vivir de manera que te merezca la pena.
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