Con la incertidumbre de lo que pueda venir, Fernando Martínez Soba, presidente de la Comisión COVID del Colegio de Médicos de La Rioja, hace un ... llamamiento a la responsabilidad de la sociedad, pero también de quienes toman las decisiones. El también coordinador de la Unidad de Críticos del hospital San Pedro alerta, además, de que los ingresos en la UCI son «el sumatorio de las medidas y del cumplimiento de las mismas».
– El Colegio de Médicos de La Rioja acaba de crear la comisión COVID, que usted preside. ¿Cuál es su objetivo?
– Nos parecía que dentro del Colegio de Médicos debía haber una comisión asesora con los máximos expertos a nivel sanitario –infectólogos, microbiólogos, internistas, neumólogos, urgenciólogos, intensivistas, epidemiólogos, Atención Primaria...– y al mismo tiempo, que hubiera también participación de otros profesionales del ámbito no sanitario para copar esos otros puntos de vista al margen del meramente técnico, y por eso hay un periodista, un juez y un abogado, por ejemplo.
«Hay incertidumbre. Según los indicadores parecemos abocados a una tercera ola, pero no sabemos en qué momento ni cuál va a ser la dimensión de la misma»
– ¿Qué análisis hace de la situación de la pandemia?
– Pues de incertidumbre por lo que nos puede venir. Creo que es similar a la de otras comunidades, aunque las cifras de incidencia son algo diferentes. Incertidumbre, porque según todos los indicadores parecemos abocados a una tercera ola, pero no sabemos en qué momento ni cuál va a ser la dimensión de la misma.
– ¿Por qué ha sufrido tanto La Rioja en ambas olas?
– Ciertamente en marzo el foco se originó después de un funeral en una comunidad vecina que provocó un brote muy importante y decisivo en La Rioja y fuimos una de las comunidades con cifras más altas de incidencia, de hospitalizados y de ingresos en las unidades de cuidados intensivos. Entonces no se conocía la enfermedad como ahora. Las medidas tomadas fueron capaces de contener el desarrollo de la epidemia y salvar muchas vidas. Esta segunda ola ha sido diferente y a casi todas las comunidades nos ha sorprendido por el inicio anticipado. Es cierto que a nivel sanitario se había previsto, con un plan de contingencia, la atención de los pacientes si se desarrollaba una ola a finales del verano, pero esta ha tenido en La Rioja una dimensión e impacto alto y continuado. No hay una razón, la causa es multifactorial, pero también es cierto que las medidas tomadas no han sido capaces de contenerla y que un sector importante de la sociedad no ha actuado con la suficiente responsabilidad.
– ¿Se han tomado en La Rioja las decisiones adecuadas?
– Es muy difícil tomar una decisión que contente a todo el mundo, las decisiones se tienen que tomar desde el punto de vista técnico asumiendo todas las consecuencias de las mismas, no solo sanitarias, sino también económicas. Esto es una desgracia que es generalizada, todas las comunidades tienen los mismos problemas y todas los asumen tomando decisiones en muchos casos diferentes, a veces con diferencias significativas, y la incidencia del virus también es diferente. El resultado actual es que estamos saliendo de la segunda curva de la segunda ola y ahora se supone que vendría la tercera. Cuando hay tanta incertidumbre, las decisiones se deberían tomar basadas en la prudencia, en el conocimiento técnico y en el rigor. No se puede delegar la responsabilidad en la población, los que deben tomar las decisiones deben ser más responsables que la misma sociedad.
– En la primera ola se estuvo al borde del colapso hospitalario y en esta segunda la presión asistencial en la UCI se prolonga durante más de cuatro meses.
– Hay que definir muy bien que es colapso. En La Rioja, independientemente de la edad, todo paciente que ha necesitado una cama de intensivos la ha tenido. Ese es uno de los motivos por el cual el índice de ocupación del servicio ha sido alto. La otra causa está en que el abordaje terapéutico ha cambiado respecto a la primera ola y, aunque aún no disponemos de un fármaco específico, hemos sido capaces de tratar mejor los efectos del virus. Se ha casi duplicado la supervivencia de los pacientes, pero a costa de unas estancias mucho más largas que han provocado que la ocupación sea muy alta, si bien equiparable si nos comparamos con provincias de tamaño similar al nuestro. Yo lo que sí puedo decir como responsable de la UCI es que, desde el punto de vista profesional, los intensivistas que han atendido, atienden y atenderán a todos los pacientes críticos han tratado, tratan y tratarán a todos de la misma manera y hasta donde el límite lo marquen la dignidad y el derecho a vivir. Nos costará asumir que el índice de ocupación sea alto, pero ¿acaso debemos plantearnos lo contrario? Nadie debe plantearse lo contrario, los profesionales de la UCI no son responsables de que haya tantos pacientes en intensivos. Hay responsabilidades sociales y las de aquellos que tienen la posibilidad de marcar la línea y las medidas necesarias para que las UCI no se llenen. Insisto, estamos igual que otras provincias, pero nosotros, por ejemplo, informamos sobre la supervivencia, edades medias, estancias... y otros no. Tampoco tenemos edad límite para ingresar en la UCI. Estoy orgulloso del trabajo de todos los intensivistas y se debe agradecer la ayuda de otros especialistas como anestesistas, internistas o neumólogos durante las últimas semanas. Lo que no puede ser o no debería ser es que se pueda cuestionar el hecho de que La Rioja tenga un porcentaje alto de ocupación de la camas UCI por COVID-19 porque eso iría en contra de la buena praxis, del código deontológico y de la correcta ética profesional.
– Algunas comunidades anuncian medidas más restrictivas en Navidad. ¿Cuál sería su apuesta?
– ¿Hay algún motivo por el que merezca la pena arriesgarse a contraer una infección? No hay ninguno. Por lo tanto, todas las medidas encaminadas a evitar el riesgo o reducirlo al máximo deben formar parte de la primera línea de las decisiones que se deban tomar. En unas comunidades estiman que diez comensales, en otras menos... ¿Cómo es posible que ocurra esto? El mensaje debería ser el mismo para todos. Luego no nos debe sorprender que las incidencias y el número de pacientes e ingresados en UCI sean unos en unas comunidades y otros en otras. El resultado final de los pacientes que ingresan en la UCI es el sumatorio de las medidas y del cumplimiento de las mismas, no depende de los profesionales de esos servicios. Si sube la cifra será porque la gente no cumple las medidas, porque estas son insuficientes o por ambas razones.
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