Salud estima que la presión asistencial seguirá al alza «dos o tres semanas más»

La situación de la UCI del San Pedro, que ya era tensa, se agudizó ayer más. Una nueva vuelta de tuerca a la que obliga una pandemia que hace tiempo desbordó la capacidad normal de intensivos. Las 17 camas de críticos con las que esta región encaraba el COVID en marzo, se han convertido en 86 tras sumar, ayer mismo, otras 9 a las 77 anunciadas hasta ahora.

Las nuevas plazas se han repartido entre los diez de los dieciséis quirófanos con los que cuenta el San Pedro y que ya se habían reconvertido en UCI. Además, se han incorporado en las zonas de Reanimación y en Cirugía Mayor Ambulatoria. Precisamente, el nuevo destino de estos espacios ha obligado a suspender todas las cirugías no urgentes, de forma que solo se mantienen las oncológicas y las inaplazables.

La Rioja se prepara así para unas previsiones nada halagüeñas. En Salud calculan que la presión hospitalaria continuará siendo «muy alta» en los próximos días y teniendo en cuenta la situación actual de la pandemia «al menos las próximas dos o tres semanas van a seguir siendo muy duras». Desde la Consejería llamaban a la colaboración de todos los ciudadanos «para que cumplan las medidas anticovid y entre todos logremos reducir los contagios».

Aún con todo, pese a que el sistema sanitario «está muy tensionado», descartan que se pueda hablar de colapso «dada la capacidad de adecuarse a la situación», aunque reconocen que la atención a los pacientes COVID tiene sus consecuencias negativas en el resto, como las cirugías que podrían tener una demora media de más de 120 días, 50 más que a cierre del 2020.

La situación de la UCI en La Rioja es extrema, aunque de momento no está sobre la mesa el traslado de pacientes a otras comunidades. Acogerse o no a esta opción dependerá de la evolución del coronavirus en los próximos días. En abril, La Rioja atendió a pacientes de Castilla y León después de que solicitara la colaboración a nuestra comunidad.

Ayer mismo, Alberto Lafuente, gerente del Servicio Riojano de Salud, recordaba que esta región empezó con 17 camas y ya hay 86 camas (un aumento del 405%), de las que 71 estaban ocupadas por pacientes COVID (64) y el resto de otras patologías.

En su radiografía de la situación, Lafuente advertía de que las próximas semanas serán duras para hospitalización y críticos, pero también para todo el sistema en general que «está muy tensionado, Urgencias está tensionada y Atención Primaria está tensionada. Seguimos dando la mejor asistencia, pero tenemos que buscar la colaboración de toda la ciudadanía para gestionar la demanda»

En mayo, tras la primera ampliación, se llegó a 32 camas. En septiembre, cuando a presidenta del Gobierno de La Rioja habló de que la UCI estaba a un 90% (contando pacientes COVID y con otras patologías) se sumaron 20 más, hasta 52. Entonces, el director gerente del Servicio Riojano de Salud, Alberto Lafuente decía que hay «se podría llegar a las 90, porque tenemos camas y respiradores suficientes y también la capacidad del personal necesario».

Hoy, Lafuente ha anunciado que ya hay 86 camas en la UCI disponibles, lo que supone una ampliación más y que sitúa a la unidad no tan lejos de esa dramática posibilidad que planteba en septiembre. Además, el director gerente del Seris ha advertido de que «las próximas dos o tres semanas van a ser muy duras, tanto en hospitalización como en cuidados críticos».