Cinco ingresos en prisión y dos nuevas detenciones por los disturbios del sábado en Logroño

La juez del Juzgado de Instrucción número 2 de Logroño ha acordado el ingreso en prisión de cinco de los detenidos -dos de ellos arrestados este mismo martes- por los graves disturbios del sábado en Logroño. Los otros tres detenidos por los mismos altercados que también comparecían ante la togada por videoconferencia han sido puestos en libertad con cargos y pasarán a disposición del Juzgado número 1, de guardia en el momento en el que se produjeron los hechos, donde se seguirá investigando lo sucedido.

Después de oír su declaración durante más de tres horas, la juez les considera responsables de los presuntos delitos de atentado contra la autoridad, robo con violencia, daños y desórdenes públicos, de acuerdo con las acusaciones presentadas por la Fiscalía.

De los quince detenidos en total entre el sábado y el domingo, solo quedarían por declarar -previsiblemente lo harán este miércoles- los tres mayores de edad implicados en los disturbios del domingo. Los otros cuatro arrestados son menores de edad y después de prestar declaración en sede policial fueron puestos en libertad.

La ola de violentos ataques en otras ciudades llegó el pasado fin de semana a Logroño. El sábado se produjeron los disturbios más graves. Unos 150 jóvenes aprovecharon la convocatoria de una concentración en protesta por el cierre desde el viernes de la hostelería, una medida adoptada por el Ejecutivo de Concha Andreu para tratar de atajar una pandemia que arroja datos cada vez más preocupantes en la capital, para convertir el centro de la ciudad en un campo de batalla. Lo que en principio parecía una protesta pacífica, aunque no comunicada y por tanto no autorizada, a la que también asistieron un grupo de hosteleros que luego se desmarcaría con rotundidad de lo que ocurrió más tarde, derivó en una cadena de ataques violentos primero contra los agentes de la policía y poco después contra una exposición fotográfica.

Los altercados continuaron por varias calles céntricas causando destrozos en un obra situada en Doctores Castroviejo, en un comercio de la misma calle, que fue objeto de saqueo, y en otros dos establecimientos. Los manifestantes utilizaron seis contenedores para bloquear la calzada en avenida Solidaridad, otros diez en Vara de Rey con Gran Vía, quemando uno de ellos, y diez más en el entorno de El Espolón, que corrieron una suerte parecida. La noche se saldó además con papeleras arrancadas y golpeadas, marquesinas dañadas, jardines y parterres dañados. El saqueo del establecimiento del Paseo de las Cien Tiendas marcó el inicio de las detenciones y de las identificaciones de los jóvenes, incluso en el servicio de Urgencias del Hospital San Pedro, al que acudieron varios de los manifestantes.

La policía, según explicó la delegada del Gobierno en La Rioja, María Marrodán, ni 24 horas después de los disturbios, estaba al tanto de la concentración, y todo el dispostivo estaba desplegado en la zona cero, el paseo de El Espolón, para sofocar los posibles incidentes. Lo que no se esperaban era la «virulencia» empleada por los manifestantes. Siete agentes resultaron con heridas, aunque ninguna de ellas, grave. Ocho jóvenes, de entre 15 y 24 años, todos de nacionalidad española y vecinos de Logroño fueron detenidos esa noche.

Los manifestantes amagaron con replicar los disturbios al día siguiente, el domingo. Tenían programada un sentada en El Espolón a las 20.15 hora, pero al percatarse de la presencia policial, salieron huyendo por las calles de alrededor. A su paso quemaron hasta tres contenedores. Cinco acabaron detenidos. Todos jóvenes de entre 16 y 23 años y un adolescente, de 13, y por tanto inimputable, que fue entregado a sus padres por su implicación con los incidentes.