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Javier Tourón, vicerrector de Desarrollo Educativo e Innovación de la UNIR. SONIA TERCERO
«El desafío del coronavirus es una oportunidad para constatar lo positivo de la educación 'on line'»

«El desafío del coronavirus es una oportunidad para constatar lo positivo de la educación 'on line'»

Javier Touron | Vicerrector de Desarrollo Educativo e Innovación de la UNIR ·

«Nosotros, en la UNIR, tenemos un modelo que tiene al alumno como centro», señala Javier Tourón

Carmen Nevot

Logroño

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Domingo, 12 de abril 2020, 08:52

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La crisis sanitaria que obligó a suspender las clases presenciales en todo el país puso a la educación superior ante un reto mayúsculo: continuar la formación 'on line'. En este nuevo escenario de confinamiento al que nos hemos visto abocados no sirve cualquier modelo. Para ofrecer una enseñanza 'on line' de calidad deben, como ya ocurre en la UNIR, estar bien encajadas todas las piezas del puzzle: evaluación con carácter formativo, formación continua del profesorado y, sobre todo, ceder al alumno el protagonismo de su propio aprendizaje. Así lo entiende Javier Tourón, vicerrector de desarrollo educativo e Innovación de la UNIR.

– ¿Cómo ha afectado la irrupción del coronavirus a la educación superior?

– Las situaciones imprevistas casi siempre nos pillan con el pie cambiado. Es cierto que la universidad siempre tiene que estar en proceso de cambio y desde el punto de vista del desarrollo de enseñanza-aprendizaje la universidad ya venía urgida a un cambio de modelo en el que el alumno fuese mucho más protagonista y el profesor ocupara un papel más de orientador. Esto, tanto en la enseñanza 'on line' como en la presencial, lo que nos advierte es que lo principal es tener muy claro cuál es el modelo pedagógico que nosotros queremos desarrollar.

– ¿Sirve cualquier modelo?

– No, claro que no. Hay que buscar modelos que tengan determinadas características. Hay universidades que están ancladas en un modelo que yo creo un poco caduco, que es un modelo donde el profesor está en el centro y es básicamente un transmisor de conocimientos. Esos modelos de enfrentamiento cuando nos encontramos en una situación en la que la que el aprendizaje cara a cara no se puede realizar pilla a todas las universidades con el pie cambiado, lo cual es bueno porque les tiene que llevar a replantearse el proceso de enseñanza-aprendizaje que estaban desarrollando hasta ahora. ¿Qué modelo necesita la universidad en general y la universidad 'on line'? Creo yo, y en UNIR lo hacemos desde los inicios, que tenemos que tender a un modelo en el que el alumno sea el protagonista de su aprendizaje. Nosotros tenemos un modelo que tiene al alumno como centro, al menos como tendencia. Lo que hay que tener en cuenta es que solo el alumno es protagonista de su aprendizaje y tenemos que diseñar un modelo didáctico donde no le robemos protagonismo. La única forma de hacerlo es permitir que actúe, que tenga ocasión de responder, preguntar y de reflexionar y para ello hay muchas herramientas de comunicación que les permiten resolver las dudas, los problemas y adaptar su tiempo.

– En la enseñanza 'on line', ¿no se pierde el acompañamiento al alumno que parece evidente en la presencial?

– Los alumnos tienen más acompañamiento en la enseñanza 'on line' si está bien planteada que en la enseñanza presencial. La paradoja de la enseñanza en línea es que el profesor está mucho más presente porque está presente a través de las preguntas que los alumnos plantean en clase en el 'chat', está presente en el foro, cada vez que da 'feedback' al alumno y está presente porque las clases se graban y el alumno siempre las tienen a su disposición. Luego está el tutor personal, que tiene la finalidad de garantizar ese apoyo al alumno, y la evaluación que la concebimos como un medio de aprendizaje una herramienta, lo que trata es de favorecer que el alumno sepa y sepa hacer. En una enseñanza presencial no se da de la misma manera porque la clase tiene lugar en un momento del tiempo. Aquí el alumno puede graduar, hay una flexibilidad que es una garantía de éxito y de reconocer algo que es evidente y es que las personas somos distintas y no todos aprendemos de la misma manera. A esto se suma que los profesores no solo tienen que estar muy bien formados en su área de actividad sino que nos preocupamos mucho de su formación pedagógica de tal manera que siempre les ofrecemos posibilidad de mejorar.

– ¿En qué condiciones ha llegado esta comunidad a enfrentarse al reto obligado de la enseñanza 'on line'?

– El sistema educativo de La Rioja es bueno, pero hay otra cosa muy particular y es que hay muy pocas diferencias entre unos centros y otros, esto es muy relevante porque quiere decir que no solo el sistema en su conjunto tiene resultados buenos, sino que además tiene poca dispersión de esos resultados. Es un sistema con poca variabilidad tanto el público como en su conjunto y por tanto se hace un uso adecuado de los recursos digitales, pero indudablemente los profesores están acostumbrados a una enseñanza presencial. Me consta que se han hecho muchos esfuerzos por desarrollar la competencia digital docente de los profesores pero es un camino en el que hay que profundizar más. Esta sería una oportunidad para que constatemos lo positivo del sistema al que ahora nos estamos obligando y si muchas de las cosas que hacemos ahora las incorporamos el día que retornemos a las aulas nuestro sistema se verá muy beneficiado. Lo que nos está diciendo que los que siempre hemos tratado de promover una competencia digital de los profesores cada vez más alta teníamos razón. Ya que esta circunstancia nos es sobrevenida, pensemos cómo funcionarían de bien las cosas si los profesores ya estuviesen acostumbrados a manejarse como modelo en línea. En las universidades veo que van a marchas forzadas a adaptarse a un sistema para el que no estaban preparadas. Dentro de lo lamentable de esta situación, a UNIR no le ha cogido con el pie cambiado porque es lo que estamos haciendo desde siempre.

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