Un aguafiestas en toda regla

Maldito bicho. El COVID-19 ha llegado para ensombrecer los ánimos de todos, incluso más allá de su vigencia. Su sombra es alargada (o va a serlo), de ahí que, aunque el confinamiento acabe inicialmente el 26 de abril, la debida prevención posterior va a seguir alterando nuestra vida. Las fiestas son otro ejemplo, en algunos casos a tachar de esa larga lista de cosas por hacer y disfrutar, titulada 'Cuando todo esto acabe...' Algunas han sido suspendidas ya y otras están en el aire. No se sabe qué pasará con las fiestas de San Juan, San Felices y San Pedro, de Haro (24 al 29 de junio), y su internacional batalla del vino. Por la cuerda floja caminan, en Nájera, las de San Juan y San Pedro (24 al 30 de junio), donde ya se han suspendido las de San Prudencio (27 al 30 de abril). Y en Santo Domingo, los calceatenses tienen que asumir que este año no se celebrarán las del Santo. Su suspensión ya es una realidad.

Aún faltan dos meses y medio para las fiestas de San Juan, San Felices y San Pedro (del 24 al 29 de junio). La incertidumbre que genera el coronavirus hace muy difícil saber a día de hoy si podrán celebrarse con cierta normalidad. Desde el Ayuntamiento señalan que aún es pronto, y se decidirá en función de cómo se desarrollen los acontecimientos. Entre la ciudadanía hay pesimismo y pocos creen que puedan realizarse, teniendo en cuenta que son unas jornadas muy multitudinarias. En especial preocupa el futuro de la 'batalla del vino', el 29 de junio, que es sin duda la fecha más importante en el calendario anual para la mayoría de jarreros. Por el momento no hay nada decidido.

En Santo Domingo de la Calzada no habrá fiestas patronales del Santo (10 al 15 de mayo), este año. El equipo de Gobierno ha publicado hoy miércoles un bando en el que comunica la decisión y dice que ha sido consensuada con todos los grupos políticos municipales «en aras de preservar la seguridad y la salud de los ciudadanos«. Aunque el confinamiento se levantara el 26 de abril, en las medidas de vuelta a la normalidad no entrarían las aglomeraciones en tan corto plazo de tiempo. A ello alude también el Ayuntamiento: »Pasados estos plazos, en el mejor de los casos, la vuelta a la normalidad será paulatina y con la mayor de las precauciones«, indica. No es un aplazamiento, sino una suspensión definitiva, »sabedores de que para dar este paso priorizamos ante todo la salud de las personas«.

Por otra parte, la asociación hostelera 'Siente la calle Madrid' afirmó este martes, a través de su presidente Eduardo González, que respetará la decisión del Ayuntamiento y del Gobierno, pero pidió al equipo de Gobierno que no caigan en saco roto los grandes eventos programados, como el concierto de Camela (15 de mayo), y el Rockland El Naturalista Fest (17 al 19 de julio), y que intente recolocarlos en otra fecha. Sería una importante ayuda al sector hostelero, uno de los más castigados económicamente por esta crisis sanitaria. El Ayuntamiento piensa en algunas medidas para intentar aliviar algo su situación cuando se retome la normalidad.

El primero de los tres periplos festeros de Nájera, el correspondiente a las fiestas patronales de San Prudencio, se esfuma. Con él se va también la celebración del 1 de mayo, con el pregón y la representación de la aclamación como rey de Fernando III el Santo. El correspondiente mercado medieval que acompaña a estas fiestas y al festejo del primer día de mayo, ha quedado aplazado hasta que se pueda encontrar una fecha idónea, según acordaron este martes en la junta de portavoces municipal. Por lo que se refiere a las fiestas principales de la ciudad, las más multitudinarias, las que se celebran en honor a San Juan y San Pedro, del 24 al 30 de junio, el Ayuntamiento está a la espera de cómo se desarrollan los acontecimientos en torno al COVID-19.

Los alfareños esperaban para el fin de semana del 15 al 17 de mayo sus primeras fiestas del año, las de Primavera. El área de Festejos no se ha puesto todavía a trabajar en su programa de actividades. «No se está moviendo nada porque estamos a la espera de lo que diga el Gobierno de cómo se va ir levantando el confinamiento o qué limitaciones planteará el estado de alarma –explica la edil de Festejos, Raquel Pedraja–. Seguiremos las recomendaciones que digan Sanidad y la Administración». Ante lo cambiante e imprevisible de la situación, el Ayuntamiento esperará a dentro de dos semanas. «Si se tienen que suspender, se suspenderán porque la prioridad es la vida de la gente», expone Pedraja.

A finales del mes de abril deberían celebrarse las fiestas de San Marcos en Torrecilla, que ya han sido suspendidas por el Ayuntamiento «debido a la situación excepcional y en cumplimiento de las medidas para la contención del COVID-19». El acto más emblemático es el traslado de la Virgen de Tómalos desde su ermita hasta el municipio, evento que «lamentablemente también debe ser aplazado». «El Ayuntamiento y la parroquia están ya reflexionando sobre las acciones más convenientes a realizar cuando ello sea posible», informó el Consistorio.