Afectados por una epidemia... emocional

Fiebre, tos seca, dificultad para respirar... Sí, son los síntomas más reconocibles del COVID-19, pero no los únicos. El coronavirus arrolla cada día a miles de nuevas víctimas gracias a la vertiginosa transmisión del SARS-CoV-2, pero también arrastra a su paso a una legión de personas que ni siquiera han estado todavía en contacto con el 'bicho'. Son los pacientes de la epidemia psicológica en que se han transformado la pandemia y el confinamiento para combatirla.

«Nos estamos encontrando un elevado nivel de ansiedad, miedo intenso en mucha gente y de tristeza según va pasando el tiempo ante una experiencia de pérdida del contacto con la gente, de carecer de conexiones sociales físicas... Hay muchas personas a las que todo eso les está llevando al insomnio y a otras somatizaciones», resume Pilar Calvo, decana del Colegio de Psicólogos de La Rioja, donde desde hace semana y media se reciben una veintena de llamadas diarias en el teléfono gratuito de asistencia habilitado, el 689 989 966, activo de lunes a domingo de 9.00 a 21.00 horas.

«Cualquier aislamiento forzoso tiene un efecto intenso emocional en la población y este confinamiento supone una situación novedosa y excepcional para todos nosotros. Estas medidas de por sí tienen un efecto negativo en la salud psicológica y cuanto más tiempo se prolonguen pues mucho mayores serán esos efectos», explica la especialista, que aclara que el servicio de asistencia telefónico ésta destinado para aquellas personas que, «pese a los consejos, pautas y recomendaciones que se ofrecen, sienten una experiencia intensa emocional que no pueden regular». Efectos negativos, añade, «por la percepción que tienen muchas personas de que está en riesgo su propia vida y la de sus seres queridos, aunque también vemos que hay una tendencia a estar focalizando el pensamiento con rumiaciones y pensamientos intrusivos y catastrofistas, que generan una serie de alteraciones».

Como en medicina, ni los síntomas ni los tratamientos ni las dosis son universales. A cada individuo, a cada grupo de edad a cada hogar la situación le afecta de forma diferente

«Tenemos consejos para todos», garantiza Pilar Calvo, para, a continuación, trazar un diagnostico generacional de la situación. «A los más pequeños les influye y mucho la imposibilidad de moverse porque ellos necesitan actividad y no es fácil en un piso por grande que sea. Por eso es conveniente la realización de ejercicios físicos con mucha energía para ir llegando luego a otros de más calma, relajación, yoga... Sin olvidar el establecimiento de unas rutinas», resume.

En el siguiente escalón aconseja procurar una buena gestión emocional de los adolescentes, una edad en la que, recalca, «la comunicación con sus compañeros es fundamental». Respecto a este colectivo advierte de que «están acumulando un nivel de ansiedad importante ante la imposibilidad de algo muy necesario para ellos a esa edad, que es el contacto físico con sus iguales, a lo que se une la actitud crítica que mantienen ante todo, lo que les puede llevar a buscar culpables de esta situación en sus padres o en otros adultos».

En cuanto a los padres y madres, considera que «su nivel de tensión se eleva porque se duplican sus obligaciones al tener que compatibilizar el teletrabajo con la dinamización de una vida familiar de todo el día juntos en un mismo espacio en el que pueden surgir roces y conflictos que hay que saber manejar y gestionar».

Y, en el último escalón, los mayores, el más preocupante. «Es el principal colectivo de riesgo por las patologías asociadas a su edad, lo que incrementa mucho más su preocupación ante las noticias sobre el virus, una situación que es mucho más dura cuando a ella le sumamos la soledad».

Pero no todo es malo, advierte la experta, que resalta loshomenajes diarios desde los balcones: «Esta situación está sacando también lo mejor de muchas personas, de la sociedad. Es muy importante mantener y reforzar la resistencia porque quedan todavía muchos días por delante y, además, será muy necesaria después, cuando esto pase».