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Carmen, con sus trabajadores de temporada, en el lago tradicional de hormigón donde elabora por maceración carbónica. J. RODRÍGUEZ
Nuevos proyectos

Corazones de viña

Ibone Salinas (22 años) y Carmen F. Uriarte (30) se lanzan a la aventura de elaborar sus propios vinos en uno de los momentos más críticos de la historia de Rioja

Alberto Gil

Logroño

Domingo, 5 de octubre 2025, 08:10

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No osará este cronista contradecir a Albert Einstein cuando dijo que «hay una oportunidad en cada gran crisis». De hecho, no son pocas las bodegas familiares que en Rioja han nacido de momentos difíciles en los que los precios de la uva se hunden y un viticultor, o una familia, decide dar el paso al frente para elaborar y aumentar el valor añadido de su trabajo.

Ibone Salinas, con 22 añitos y recién terminado el grado de Vitivinicultura de La Laboral, y Carmen F. Uriarte, con 30 años, están ya elaborando sus propios vinos con proyectos personales que, aunque distantes en su origen, confluyen en esa joven Rioja silenciosa que aspira a poner en valor paisajes y viñedos pero también proyectos vitales necesarios contra la despoblación y la apatía: «En mi caso lo tengo más fácil –advierte Ibone–, mi padre y mi tío son viticultores de Briñas y, entre ambos, trabajan 50 hectáreas de viñedo en propiedad y a renta. Quiero decir, no empiezo de cero, sino que el viñedo y con mucho para elegir lo tengo, y el conocimiento de suelos y parcelas, aunque también se aprende con la formación académica, se trasmite de generación en generación».

CARMEN F. URIARTE Y HERMANAS SALINAS

  • Carmen F. Uriarte Elabora desde 2023 en Lapuebla. Ingeniera agrónoma ya tiene dos vinos en el mercado, Mahaia y Labaia, ambos de maceración carbónica, sin y con maduración en roble, y una viura de viñas viejas que saldrá en breve. En proceso, un vino de pueblo y un parcelario con su propio nombre.

  • Hermanas Salinas Ibone, la hermana mayor aunque con 22 años, elabora desde 2024 de alquiler en Labastida una selección de uvas de su familia de Briñas. En Navidad saldrá al mercado su primera garnacha tinta y guarda otro varietal de garnacha blanca, junto con un vino de viñas viejas al que dará un poco más de tiempo.

Pese a formar parte de una larga estirpe de viticultores, Ibone ha sido la primera de la saga en elaborar sus propios vinos: «Siiií, mi padre es mi mayor fan», bromea. En 2024 hizo sus primeros vinos, que en unos meses empezarán a salir al mercado desde una bodega de alquiler –la del Hombre Orquesta, en Labastida, quien a su vez compra uvas al padre y al tío de Ibone– bajo el sello Hermanas Salinas: «Somos tres, Irati y Malen tienen unos añitos menos que yo pero también esta apasionadas con esto, así que este proyecto va a ser plural».

Carmen F. Uriarte (Lapuebla de Labarca) tiene más experiencia. De hecho 2025 será su quinta cosecha, aunque las dos primeras las hizo con unos pocos cientos de kilos en la cochera familiar de Fuenmayor en un 'siemprelleno': «No tengo viñas ni bodega ni familia que se haya dedicado a esto. Mis padres son de Fuenmayor, pero emigraron a la capital y, aunque yo nací en Madrid, siempre hemos mantenido el vínculo con el pueblo. Estudié Ingeniería Agrónoma e hice el máster de Viticultura y Enología y, a partir de ahí, trabajé de consultora vitícola en varias regiones españolas con José Ramón Lisarrague hasta que llegué a esta zona con Julián Palacios (Viticultura Viva)». Carmen compaginó sus primeros vinos y vendimias trabajando con Julián: «Es un 'máquina', pero llegó un momento en que no podía estar en todo al mismo tiempo, así que eché p'alante como decimos aquí».

Justo Rodríguez
Imagen secundaria 1 - Corazones de viña
Imagen secundaria 2 - Corazones de viña

La viticultura había comenzado a elaborar en Lapuebla en 2023 en un espacio cedido por el cosechero Txutxi Muro: «El tren pasa una vez en la vida, y aunque ahora mismo Rioja parece más una montaña rusa –explica entre risas–, Txutxi, que se ha portado de maravilla conmigo, se jubilaba sin relevo, así que me ofreció sus instalaciones». «Sí, da un poco de vértigo –continúa– porque de una barrica para casa he pasado a 20.000 kilos, pero mis padres me animaron así que aquí estoy...».

«En mi caso es más fácil porque no empiezo de cero, sino con las viñas y la ayuda de mi padre»

Ibone Salinas

Viticultura y bodeguera

La bodeguera continúa elaborando maceración carbónica en un lago los 20.000 kilos, pisando la uva como lo hacía Txutxi: «La mayor parte sigue saliendo con la marca Harresi que mantiene Txutxi, y para mi proyecto personal estoy ahora con 4.000 botellas de un maceración carbónica (Mahaia), otras 3.000 de Labaia (vino de uva entera con ocho meses en fudres de 500 litros) y unas poquitas botellas de Labaia blanco, un viura 100% que crío ocho meses en barricas usadas». «La maceración –continúa– me da mucho juego porque obtengo cuatro vinos diferentes en función de las pisadas y prensadas, pero también trabajo con despalillados, un vino de pueblo al que seguirá otro de parcela que llevarán mi nombre». Lo que puede atestiguar este cronista tras probar Mahaia y Labaia es que son vinos limpios, frescos, muy afrutados y fáciles de beber, en línea con la nueva corriente actual de Rioja: «En Lapuebla siempre se han hecho vinos de trago largo, como dicen aquí, así que no he venido a inventar nada».

Justo Rodríguez

En Briñas

Mientras tanto, este fin de semana hay trajín en Briñas, en bodega, pero también en los viñedos donde la familia Salinas sigue vendimiando. Es viernes e Ibone acaba de salir de la bodega donde trabaja en el laboratorio para unirse a la familia a cortar uvas: «¿Sabes que yo no iba para esto?», explica. «Siempre me había gustado el campo y ayudaba a mi padre, pero estudié un grado superior de FP de Deporte e iba para Magisterio». «De repente, me apunté al grado de Vitivinicultura de La Laboral y ya me enganchó del todo, pero, como dice mi abuela, las segundas oportunidades siempre son buenas».

Ibone elabora con el Hombre Orquesta, una persona especial para la viticultora: «Me ayuda en todo, me resuelve cualquier duda..., pero, sobre todo, el que está detrás es mi padre, un extraordinario viticultor que cuida las viñas como nadie y, pudiendo elegir lo que quieres entre todo el viñedo, lo mío es más o menos sencillo». De hecho, su idea, en unos añitos, es instalarse en Briñas con su propia bodega: «Es que es mi pueblo y tira...», justifica entre risas.

«El tren solo pasa una vez en la vida, aunque ahora Rioja parece más una 'montaña rusa'»

Carmen F. Uriarte

Viticultora y bodeguera

El primer vino de Hermanas Salinas saldrá está Navidad: «Es la idea, pero al final será lo que diga el vino, es decir, si no está listo lo guardaremos un poco más», aclara Ibone. Será una garnacha tinta del 2024, aunque también tiene otra garnacha blanca en barrica, junto con un tinto de viñas viejas: «Ese lo dejaremos un poco más y la intención es sacar también un maceración carbónica pero seguramente será en la cosecha 2026».

Sin llegar a 23 años, Ibone atesora prácticas en Bodegas Bilbaínas, en Haro; en Cornelio, en Navarrete y con Manu Michelini, en Labastida. Ahora trabaja en otra bodega en Haro y le da tiempo para ayudar en la viña y elaborar sus vinos: «Que no es para tanto, son mi padre y mi tío quienes cuidan los viñedos...», ríe. «Esta es una zona privilegiada, así que no tengo miedo y, sobre todo, tengo el apoyo de mi familia».

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