Condenado a 15 años de cárcel por abusar de dos hermanos de 7 y 8 años a los que cuidaba
La madre dejó ir a los niños con el agresor porque este la convenció de que iban a jugar con su hija y aprovechó esas horas para agredirlos
Un vecino de Logroño de 48 años ha sido condenado a 15 años y cuatro meses de cárcel por abusar sexualmente de dos hermanos ... que en el momento de la agresión tenían 8 y 7 años. La Audiencia Provincial ha rebajado levemente la condena inicial de 16 años impuesta a causa de las dilaciones en el proceso, pero se ratifica en todo lo demás, una historia que pone los pelos de punta y que se remonta a mayo de 2019.
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Esa tarde, el imputado convenció a la madre de las víctimas para que los pequeños acudieran a su casa con la excusa de jugar con su hija y otros niños. Al llegar allí, no había nadie más. El plan se había puesto en marcha para el hombre. Al mayor lo mandó con una videoconsola mientras él, en el salón, jugaba a la 'moneda' y al 'dado' con el pequeño. Ante los psicólogos, uno de ellos desveló que el que perdía en ese juego «debía tocar las partes bajas» al agresor mientras que el otro recordó que el adulto había frotado su pene con los glúteos de ambos, además de obligar a su hermano a meterse su pene en la boca, lo que le hizo vomitar, y meterle un dedo en el ano.
Un catálogo de horrores en apenas dos horas, que fue el tiempo que los niños estuvieron con el pederasta. Porque la madre volvió poco después y llamó a la casa del hombre por el telefonillo para pedir que sus hijos bajasen.
Al no hacerlo de inmediato, la madre cerró la tienda donde trabajaba, aledaña a la casa del agresor, y volvió a llamar quince minutos después. La cara de los pequeños le dejó claro que algo no iba bien. Al preguntarles por qué se encontraban «muy serios y cabizbajos», estos les narraron lo que había sucedido, por lo que la madre los trasladó de inmediato a Urgencias y dio aviso a la Policía.
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En el examen médico se descubrieron restos de semen en el ano de uno de los menores, algo que el condenado trató de justificar posteriormente explicando que la noche anterior había mantenido relaciones en su cama con una mujer de la que no desveló su identidad por estar casada. Este argumento, según la Audiencia, «no soporta un juicio de racionalidad».
El acusado intentó demostrar su inocencia con la declaración de su expareja, de la que se había separado tres días antes
También intentó el acusado demostrar su inocencia con la declaración de su expareja, de la que se había separado tres días antes de los hechos, y que defendió que nunca había visto comportamientos extraños en él.
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Ni la ausencia de archivos pedófilos ni la falta de antecedentes ni otros argumentos han podido con la contundencia de la declaración de los dos pequeños acerca de lo ocurrido en esas dos horas de abusos.
Así, los jueces condenan al hombre con 4 años y medio de cárcel por la agresión sexual al niño de ocho años y a 10 años, 10 meses y 15 días por un delito continuado de agresión sexual al menor de los hermanos. A la pena de cárcel se añade una de nueve años de libertad vigilada y 20.000 euros (10.000 por niño) de indemnización por los daños morales causados. La defensa del condenado puede todavía interponer un recurso de casación ante el Tribunal Supremo.
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