El camino judicial es complicado, pero no imposible

Albert Calduch, abogado especializado en Medio Ambiente, recordó que «poco o nada se había sabido del desarrollo de energías renovables en la última década hasta ahora». «No es por compromiso medio ambiental –añadió–, sino porque hay dinero europeo y ahí están marcados los objetivos de producción de energías limpias, pero detrás de todo hay gente que se pretende forrar».

Calduch explicó que, desde el punto de vista legal, la batalla no es fácil, pero al mismo tiempo animó a las plataformas a continuar porque «es posible parar los proyectos». El abogado recordó que ya han sido rechazados los parques eólicos propuestos en Aldeanueva y Aldealobos y, aunque otros siguen adelante, «no hay nada perdido aún»: «La administración es juez y parte, los promotores trocean los proyectos para reducir su impacto, pero al final todo cae en manos de un juez y lo que tenemos que hacer es demostrar que tenemos razón».

Calduch se refirió también al «sinsentido» de la última línea proyectada por la empresa aragonesa Forestalia, que atraviesa La Rioja de Alfaro a Briñas, para evacuar energía producida en Aragón con destino a Vitoria: «¿Cómo es posible pretender recorrer 185 kilómetros par descargar energía de dos parques fotovoltaicos de 70 Megavatios?». «La gente a veces piensa que no se puede hacer nada, pero sí es posible».

La jornada se completó con la participación de varios miembros de las distintas plataformas y con ponentes que explicaron otros modelos de generación de energías limpias y con un mensaje claro: «Renovables, sí, pero no así».