Patricia desploma las temperaturas en La Rioja antes de una ola de calor
Las máximas en la comunidad se hundirán este viernes hasta los 20 grados pero la próxima semana traerá jornadas en las que se rozarán los 40º
«El tiempo está loco» es una máxima que se ha empleado desde épocas inmemoriales para entender comportamientos meteorológicos aparentemente inexplicables. Pero resulta evidente que ... la locura está llegando a grados extremos y que los registros no mienten: el planeta se calienta y las anomalías climáticas se multiplican.
España se encuentra inmersa una de esas situaciones extrañas: la primera borrasca con nombre desde 2017. Se llama Patricia y ha traído un desplome térmico que este viernes será especialmente perceptible. En La Rioja eso significa que las temperaturas máximas, en apenas 48 horas, bajarán más de diez grados. Si el miércoles, un día típico de agosto hasta la llegada del viento vespertino las máximas superaron los 35 grados en la capital, en Calahorra y Alfaro o se quedaron en 33 en Haro, por ejemplo, este viernes se espera que estas superen ligeramente los 20º.
Es decir, entre 10 y 12 grados menos, situación que también se reproducirá en la sierra, con ejemplos como Anguiano (de 30,2 grados a 21º) o Valdezcaray (de 23 a 12).
Las reducciones no serán tan notables en las mínimas, que perderán entre cinco y seis grados y se colocarán entre 13 grados de Logroño o los 11 de Anguiano. Pero suponen registros nada habituales para estas fechas. ¿Y en uno de los puntos más altos y fríos de la región, como es Valdezcaray? Pues en el San Lorenzo se espera que los termómetros bajarán hasta los 6 grados.
Este viernes frío será la antesala de un fin de semana en el que se recuperarán paulatinamente las temperaturas para que, ya entrada la próxima semana, el calor avance por España y dé forma a la que puede ser la primera ola de calor del mes de agosto. La Agencia Estatal de Meteorología (Aemet) pronostica un martes, 8 de agosto, con máximas de 37 grados en la capital o38 en Calahorra.
Pero el miércoles llegará lo peor, si no cambia el vaticinio de la Aemet. Entonces los mercurios podrían saltar el listón de los 40 en el valle del Ebro, con 41 grados en la capital o en la vega del Cidacos. Una advertencia de que este extraño verano promete no dar tregua.
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