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Todas las banderas de Alberto Corazón
El Parlamento de La Rioja acoge la exposición retrospectiva del diseñador y artista madrileño, autor de la imagen corporativa de la Comunidad
Alberto Corazón también es bandera de esta tierra. El Parlamento de La Rioja acoge la exposición retrospectiva dedicada al diseñador y artista madrileño fallecido el año pasado, autor de la imagen corporativa de esta Comunidad Autónoma. De aquel proyecto aprobado en 1985 y de la celebración del 40º aniversario de su Estatuto de 1982 surge esta muestra, inaugurada este lunes por el presidente de la Cámara, Jesús María García, Ana Arambarri, ensayista y viuda del creador, y Rafael Sierra, su comisario.
«Los sueños se cumplen y Alberto estaría encantado de exponer aquí», ha comentado ella. «A medida que he ido archivando y catalogando sus piezas me he encontrado con mucha obra inédita; con frecuencia, lienzos que Alberto pintó en su anverso y reverso».
La exposición póstuma, que puede visitarse hasta el 31 de julio, se ocupa de la faceta pictórica (y también escultórica) de Corazón. «Indagar en el proceso creativo y apuntalar la memoria del artista» son los propósitos de esta muestra, producida por la Colección Roberto Polo Centro de Arte Moderno y Contemporáneo de Castilla-La Mancha (CORPO).
Según su director artístico, Rafael Sierra: «Empezamos a gestar esta exposición antes de que él muriera. España es un país necreófilo, pero era imposible sepultar a Alberto Corazón porque está muy presente allá donde miramos. Lo hizo todo en diseño, ha sido el mejor diseñador español, lo iluminó todo. Y esa imagen eclipsó su imagen como artista, pintor y escultor».
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Diseccionando su obra plástica a través de los asuntos más emblemáticos que le ocuparon, esta primera exposición póstuma del emblemátivo diseñador gráfico, escultor, pintor y ensayista reúne unas sesenta piezas en los dos claustros de la antigua Tabacalera. En la mayoría se adivina con nitidez el proceso creativo del artista y que ahora pueden contemplarse ordenadas siguiendo las temáticas cruciales del autor.
A modo de introducción, cinco pinturas en torno a 'la mesa del artista', radiografía de su personalidad antimetódica: el espacio donde Alberto Corazón transitaba a diario entre la pintura, el diseño gráfico, la escultura y la escritura, persiguiendo siempre preguntas esenciales sin respuesta, cábalas sobre el sentido de la vida.
Hay también bodegones, acantilados, jardines nocturnos y de arena, un silencio («interior, el que tanto ansiaba para conectar con su creatividad», según Arambarri) y un autorretrato que no es sino, y de nuevo, uno de sus acantilados infinitos. Acantilados, barrancos, embarcaderos para el mineral, paredes de piedra que el artista gustaba de contemplar y pintar desde una barca frente a las costas de Agua Amarga, en el Parque Natural de Cabo de Gata, Almería, un lugar o un paisaje lunar donde a ambos les gustaba perder la noción del espacio.