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Domingo, 5 de noviembre 2017, 23:44
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La Sección Tercera de la Sala de lo Penal de la Audiencia Nacional juzga mañana a Amine Bouyardane, el joven marroquí que fue detenido en octubre del 2016 en Calahorra. Acusado de autoadoctrinarse en los postulados yihadistas en una tetería de Pamplona, propiedad de otro acusado de enaltecer y difundir propaganda del Daesh, la Fiscalía pide para él 8 años de cárcel, 14 de inhabilitación y 3 de libertad vigilada.
De acuerdo con el relato que el fiscal hace de los hechos en su escrito de acusación, la publicación que el procesado hizo en Internet el 23 de octubre del 2016 de un vídeo en el que aparecía una bandera de Daesh y dos yihadistas, uno de ellos con un cinturón de explosivos, precipitó su detención. Meses antes, había sido detenido en Pamplona un compatriota suyo que quería unirse al Daesh, Salim Aghmir, quien regentaba una tetería de la que el acusado, que entonces residía allí, «era asiduo».
Los investigadores dedujeron de ello que participaba «directamente en actividades relacionadas con el enaltecimiento y la difusión de propaganda de la organización terrorista Daesh».
Par la Fiscalía, Bouyardane es «una persona que tiene interiorizado el discurso yihadista del Daesh» y no descarta que pueda actuar como un lobo solitario y «decida cometer un atentado en España». De hecho, el Ministerio del Interior informó, a raíz de su detención, que Bouyardane aumentó las medidas de seguridad de sus desplazamientos y en sus actividades en la red para intentar pasar inadvertido y sospechando que estaba siendo objeto de vigilancia policial.
Al menos desde septiembre del 2015, el acusado comenzó un proceso de autoadoctrinamiento yihadista en la tetería que regentaba Salim Aghmir -detenido del 1 de septiembre del 2015- con el fin de «capacitarse para la realización de ulteriores acciones violentas contra la vida e integridad de terceros».
Tras intervenir la conexión telefónica del wifi del establecimiento, se comprobó que el acusado utilizó esta vía para conectar sus dispositivos móviles, o los de Agmir, para acceder a contenidos de temática yihadista como cánticos de exaltación de las acciones de muyahidines, escenas de combates, asesinatos o degollamientos.
El acusado continuó este proceso de autoadoctrinamiento desde su casa, hasta que finalmente fue detenido en la madrugada del 25 de octubre del 2016. Los investigadores se incautaron de un pendrive y un disco duro de un ordenador donde guardaba todo el material yihadista en la peluquería que regentaba Bouyardane en el número 7 de la calle El Sol de Calahorra. Ahí domía y trabajaba de manera irregular al tiempo que estaba percibiendo una prestación por desempleo.
Entonces, Interior afirmó que Bouyardane prestó su apoyo explícito a las recientes acciones terroristas reivindicadas por Daesh en París, así como a los musulmanes que viajan a Siria e Irak para combatir en las filas de la organización terrorista.
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