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La transición hacia una movilidad más sostenible no va a resultar fácil. Las automovilísticas hace tiempo que se pusieron con ello y todas tienen claro que el coche eléctrico es el futuro, pero no están tan claros los pasos intermedios. Cada marca tiene su apuesta: eléctricos, híbridos enchufables, GNC, GLP... No hay acuerdo ni consenso y al potencial comprador le entran dudas. Conclusión: retraso mi decisión de compra todo lo que puedo.
Las administraciones tampoco ayudan. La incontinencia verbal de muchos políticos contribuye a crear incluso crispación. La tecnología diésel ha sido demonizada con un objetivo concreto o por ignorancia, tengo mis dudas. Y ahí, los medios de comunicación también debemos entonar el 'mea culpa'. Ni nosotros ni las marcas hemos sabido explicar a consumidores -y políticos- que el diésel que contamina es el antiguo; que un diésel nuevo, con sus matices, está al nivel de los gasolina. Sigo con dudas, ¿compro o no compro? ¿gasolina, diésel, eléctrico, híbrido...?
Leo que -en breve- mi coche, de motor de combustión movido por combustibles fósiles, no va a poder entrar en las grandes ciudades. Teóricamente, eso puede resultar decisivo. Viajo a Madrid con relativa frecuencia, así que si no quiero tener que aparcar casi en San Sebastián de los Reyes necesito la etiqueta ECO que sólo me dan si tengo un coche eléctrico o como mínimo híbrido.
Pero, ¿y cuánto -en términos de tiempo- me cuesta moverme en un coche eléctrico? Si tengo que hacer una escala de 10 horas para recargar mi batería... y eso suponiendo que llegue al punto de recarga y no esté ocupado. Si acaba de llegar otro vehículo y necesita otras diez horas, me paso el fin de semana parado...
Todavía hay mucho por hacer para que el coche eléctrico o híbrido (aunque éste último contamina casi más que uno 'normal' cuando tira de su motor de combustión) sean una alternativa real.
Volviendo al principio, las empresas automovilísticas están haciendo sus deberes. Avanzando con nuevas tecnologías y con propuestas más limpias, aunque falta consenso, pero ¿y el Estado o el resto de las administraciones? Es necesaria una buena (y rápida) red de puntos de recarga, y hoy por hoy, no la hay. Es la asignatura pendiente. Sigue siendo noticia que se instale uno de esos puntos. La apertura de una gasolinera dejó de serlo hace años.
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