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60 años de 'reinas' en Calahorra

60 años de 'reinas' en Calahorra

Domingo, 19 de agosto 2018, 00:20

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Es la única, junto al alcalde de Calahorra, que enciende la mecha del primer cohete de las fiestas. Recibe la corona en la plaza del Raso, viste de blanco como el resto de sus damas y desfila en la carroza del Ayuntamiento durante el chupinazo. La reina de las fiestas patronales de Calahorra, título que este año ostenta Sara Fernández, es, desde hace 60 años, una de las figuras protagonistas de los festejos calagurritanos.

El origen de la reina de Calahorra está estrechamente ligado al de la Fiesta de la Vendimia Riojana. Y es que, con motivo de esta celebración, el Ayuntamiento de Calahorra comenzó a designar a una joven de la ciudad como representante en las fiestas de Logroño. Entonces no se llamaba reina, simplemente se aludía a ella como 'señorita'.

La primera 'señorita' que aparece documentada en las actas municipales del Ayuntamiento es María Pilar Sanmartín Beaumont, que representó a la ciudad bimilenaria en la segunda Fiesta de la Vendimia en 1958. Ese año Calahorra se llevó también a casa el primer premio del concurso de carrozas.

La ciudad bimilenaria comenzó a designar una 'señorita' para la Fiesta de la Vendimia en 1958

De aquella primera 'señorita' a la reina de las fiestas como hoy la conocemos han transcurrido seis décadas, en las que tanto su figura como su elección han evolucionado. Todos esos cambios han sido recogidos en el libro 'Reinas y todo lo demás', que acaba de publicar el profesor José Ibáñez, quien fue concejal en el Ayuntamiento de Calahorra entre 1995 y 2015.

Aunque el título de reina no aparece hasta 1968, las chicas que representaban a Calahorra hasta entonces también se consideraban como tal. Esta joven era «elegida por el alcalde entre las distinguidas señoritas de la ciudad», recuerda José Ibáñez. Las primeras representantes que tuvo la ciudad pertenecían a familias de clase alta, ya que ellas «se sufragaban los gastos», precisa.

En el libro 'Reinas y todo lo demás' se recoge también que el resto de damas que acompañaban a la reina se elegían «entre ellas y el Ayuntamiento».

La reina ha contado también con una carroza específica, que años atrás solía desfilar por las calles de Calahorra el domingo siguiente a San Mateo. Para su construcción -apunta José Ibáñez- «se copiaban modelos de otras ciudades como Jerez o ciudades relacionadas con el vino».

En esos primeros años la construían los servicios municipales. Federico Adán, Ángel Hitago, José Luis Solano o el dibujante Pablo Torres fueron los calagurritanos que dieron forma a las primeras carrozas, hasta que se decidió encargarlas a Berger en Logroño, con un presupuesto máximo de 20.000 de las antiguas pesetas. «Parte de este gasto se recogía del premio si lo había y de la participación en el desfile», matiza Ibáñez.

Es en 1968 cuando a la 'señorita' que en la década de los cincuenta representaba a Calahorra en las fiestas de la capital se le empieza a llamar reina de las fiestas. En ello tiene mucho que ver la aparición del semanario 'Eco del Cidacos', que desde sus páginas promovió un «nuevo concepto de reina». «La empieza a llamar así expresamente y promueve una cena homenaje con sus damas, que lance el cohete, que vayan a los toros, al fútbol...», resume Ibáñez.

Blanca Gutiérrez Bruna estrenó aquel año el título de reina como tal, aunque no fue hasta un año más tarde cuando se comenzó a celebrar la coronación, con una corona que fue adquirida en Zaragoza. La ceremonia tenía lugar en el teatro Ideal dentro de lo que se denominaban Juegos Florales de Exaltación de Calahorra. Y así fue hasta 1985, cuando la coronación salió del teatro para desarrollarse en la plaza del Raso, a la vista de toda la sociedad calagurritana.

La reina hasta 1972 la designaba el alcalde. Pero, en esa fecha, la asamblea local de la juventud «propondrá a siete señoritas de la ciudad pertenecientes a distintas asociaciones o entidades y será el público mediante verbenas o concentraciones populares, además de un jurado anónimo, los que elegirán por votación a la reina», relata José Ibáñez.

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