Una amiga íntima de la víctima niega que quisiera separarse: «Él siempre estaba pendiente de ella y ella de él»
La hermana y el entorno del acusado sostienen que era un matrimonio «bien avenido», «la vida de Merche giraba en torno a su marido y su hijo, su ilusión era verles bien, que no les faltara de nada»
El juicio por el crimen de los Lirios que se sigue en la Audiencia Provincial de La Rioja contra A. E. M. por presuntamente asesinar ... a su esposa, Mercedes, de 56 años, el 13 de octubre de 2020, llega este viernes al ecuador con la declaración de familiares y conocidos del entorno de la víctima y del acusado. La mayoría de testigos han coincidido en que era un matrimonio «bien avenido» y, por contra, la relación de ella con sus ocho hermanos, lejos de ser una «piña», como han declarado ellos, era distante.
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La hermana del acusado ha sido contundente al negar que la pareja quisiera separarse. Nunca se lo dijo Mercedes, con quien tenía una relación de «hermanas» y nunca les vio faltarse al respeto. En diciembre de 2020, dos meses después de los hechos, acompañó al procesado al piso del parque de los Lirios para limpiar. «Entré con él, se puso malísimo y se lo tuvo que llevar un amigo. En ese momento cogí las riendas y dije lo tengo que hacer y lo hice». En la casa había ropa tendida y «casi todo eran pantalones y camisas de mi hermano».
Mercedes, según su versión, se fue muy joven de la casa familiar en Gumiel de Mercado. Primero se trasladó a trabajar a Madrid y posteriormente se mudó a la vivienda de los padres del acusado. Preguntada por si tenía constancia de que el matrimonio atravesaba un mal momento económico, ha afirmado: «si hubiera habido una situación económica mala me lo habría dicho, Merche tenía con mis padres una relación de padres y les hubiera faltado entre cero y nada darles dinero. Era una hermana para mí».
Una amiga «íntima» de la fallecida ha coincidido con la hermana del procesado al asegurar que ella nunca le dijo que quisiera separarse. «Ni siquiera lo insinuó», ha añadido. «Tenían una relación bastante buena, Merche vivía por su marido y su hijo. Él siempre estaba pendiente de ella y ella de él. Jamás les he visto discutir».
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La testigo, que mantenía una relación de amistad con la víctima desde hace 30 años, ha relatado que Mercedes se quejaba de que sus hermanos, ocho en total, no vinieran a visitarla, que ni siquiera conocieran el piso en el que vivía, en el parque de los Lirios, en Logroño, y de que no fueran capaces de ir a verla cuando fue intervenida por una lesión en la espalda. El procesado, ha dicho, se ocupaba de atenderla, incluso reformó un baño para que ella estuviera más cómoda durante el tiempo de convalecencia.
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«El acusado siempre le ayudaba cuando Merche llevaba el corsé», han asegurado dos primos del acusado con quienes cenaban habitualmente y que también han declarado este viernes en la vista oral. Nunca les vieron discutir ni nunca les dijo ella que quisiera divorciarse.
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«Totalmente imposible que no se oyera el ruido»
La novia del hijo del acusado, con quien convive en Gumiel de Mercado desde principios de 2021 -empezaron a salir a finales de 2020- ha sido la siguiente en declarar y a diferencia de lo que aseguraron los hermanos de Mercedes, ha señalado que la relación fraternal era, a su juicio, chocante porque «no se juntan ni en navidades, no tienen trato, de hecho, hoy -por este viernes- he conocido a familiares que no van nunca al pueblo». Tampoco conocía a Mercedes, natural del mismo municipio y madre de su pareja.
La madrugada del crimen, cuando supuestamente A. E. M. salió de la casa de Gumiel, donde también estaba su hijo, acabó con la vida de Mercedes y regresó al pueblo, ha asegurado que es imposible que al salir no hiciera ruido porque las baldosas siguen sueltas y suenan al pisar. El hijo del procesado también habría oido los ladridos de un perro que entonces era un cachorro y el coche viejo y diesel del acusado. «Es totalmente imposible que alguien se levante por la noche y no se oiga el ruido»
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La versión de un hermano de la fallecida ha diferido de la oida a la mayoría de testigos que han declarado este viernes. Antes de crimen, ha contado que tomaba vinos con el procesado cuando el matrimonio iba al pueblo natal de ella, Gumiel de Mercado (Burgos). La relación entonces con ellos era buena, pero tras el asesinato, se enteró por sus hermanas de «que él no la trataba bien y quería divorciarse». No obstante, ha precisado que la víctima nunca se lo confió a él.
La sesión de este viernes la ha cerrado el dueño de la panadería a la que acudía cada día Mercedes y con la que poco a poco entabló una relación de amistad. La ha descrito como un 'zombi' porque sólo salía de casa a por pan y por la tarde se quedaba en casa. «El mero hecho de salir a tomar un café por la tarde, ya le hacía pensar que estaba desatendiendo su casa». A su juicio, «tenía la mirada de la mujer maltratada» y él mismo, ha dicho, le incitaba a divorciarse. Según su versión, la víctima tampoco se llevaba bien con su hijo, quien «sólo se acordaba de ella cuando necesitaba dinero».
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22 años de cárcel
Según la Fiscalía y la acusación particular, que ejercen los hermanos de la víctima, los hechos que están siendo juzgados se remontan al 11 de octubre de 2020. Ese día, el acusado, A. E. M., que se enfrenta a 22 años de cárcel por un delito de asesinato con alevosía, viajó a la localidad burgalesa de Gumiel de Mercado para ayudar en las labores de vendimia a su hijo y en la madrugada del 13 de octubre regresó al domicilio, en el Parque de Los Lirios en Logroño, que compartía con su esposa Mercedes.
Una vez en casa, siempre según la versión de la Fiscalía, mantuvo una discusión con Mercedes al conocer su decisión firme de poner fin a su matrimonio. Fue entonces cuando, según el fiscal, movido «por el sentimiento de posesión sobre la misma y con la intención de acabar con su vida, la atacó de forma sorpresiva con un arma blanca de tipo cortopunzante» en tórax y abdomen causándole la muerte. Después, según la Fiscalía, volvió a Gumiel de Mercado donde llegó a primera hora de la mañana del 13 de octubre.
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La defensa niega los hechos y sostiene que no sucedieron tal y como los relatan las acusaciones, por tanto, considera que no hay delito. En cualquier caso, en el «improbable» supuesto de que sea condenado pide que se aplique la atenuante de dilaciones indebidas.
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