Alfonso Puicercús
Físico en el CERN
«Trabajamos para entender por qué el universo está hecho de materia»Este investigador logroñés colabora en el experimento LHCb en el acelerador de partículas del CERN, en Ginebra
Juan Marín del Río
Logroño
Lunes, 3 de noviembre 2025, 07:43
Con solo 23 años, el joven investigador logroñés Alfonso Puicercús trabaja en el CERN (Centro Europeo de Investigación Nuclear), el mayor laboratorio de física ... de partículas del mundo, donde contribuye al desarrollo de sensores de última generación para el detector VELO del experimento LHCb. Su trayectoria, marcada por la curiosidad y la vocación científica, le ha llevado desde La Rioja hasta Suiza, pasando por los Países Bajos.
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– ¿Cómo empezó su interés por la física?
– Desde pequeño siempre he sido muy curioso. Me encantaba entender cómo funcionaba todo y por qué. En el instituto ya me atraían los documentales de ciencia, las revistas, y más adelante empecé a ver vídeos en internet sobre física, matemáticas o química. Poco a poco me di cuenta de que era algo que realmente me apasionaba, hasta el punto de pensar que quería dedicarme a esto.
– Ha estudiado en varios países. ¿Qué le ha aportado esa experiencia internacional?
– Después de acabar el instituto en Logroño decidí irme a Groningen, en Holanda, donde estudié el grado y el máster en Física Teórica. Fueron cinco años muy enriquecedores. En cuanto a la formación, el nivel en España es bueno, pero en Holanda noté un ambiente más internacional. La mayoría de los grados se imparten en inglés, lo que atrae a gente de todo el mundo y crea una comunidad muy diversa. Estar rodeado de personas de distintas culturas te abre mucho la mente, tanto a nivel personal como académico.
– ¿Cómo fue su llegada al CERN y en qué consiste su trabajo?
– Trabajo en el experimento LHCb, cuyo nombre hace referencia a la partícula 'beauty', una de las fundamentales. Este experimento estudia cómo se comporta esta partícula porque está muy relacionada con la asimetría entre materia y antimateria: básicamente, por qué el universo está hecho de materia y no se aniquiló todo tras el Big Bang. Para estudiar estas colisiones necesitamos detectores, y ahí entra VELO, el subdetector en el que trabajo. Mi investigación se centra en desarrollar sensores 3D de silicio, muy resistentes a la radiación y capaces de ofrecer una resolución espacial y temporal altísima. Son algo así como cámaras ultrarrápidas, pero en lugar de capturar luz, detectan partículas subatómicas.
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– ¿Qué retos técnicos implica diseñar sensores para un entorno tan extremo?
– Muchos. Hay niveles de radiación altísimos, temperaturas muy bajas y un vacío extremo. De hecho, se recrean condiciones similares a las de unos segundos después del Big Bang. Por eso los materiales deben ser muy resistentes, durar muchos años y mantener su rendimiento. Además, estos desarrollos son procesos largos y costosos; hablamos de proyectos que llevan años y requieren aprobación a distintos niveles.
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– ¿Participa en algún otro proyecto?
– Es un proyecto más pequeño en el que trabajo de forma paralela. Las RPC son otro tipo de detectores, y mi tarea consiste en mejorar la simulación del acoplamiento capacitivo dentro de un 'software' del CERN. Básicamente, estoy intentando implementar mejor las ecuaciones para que las simulaciones sean más realistas y sirvan a otros investigadores que usan este tipo de cámaras.
– ¿Qué cualidades cree que necesita un joven investigador?
– Depende del puesto, pero diría que aquí se busca gente lista, trabajadora y constante. Es un entorno muy exigente y cada uno tiene su responsabilidad, como en cualquier otro trabajo. En mi caso, necesito combinar creatividad científica con mucha disciplina técnica. Y, sobre todo, dedicarle muchas horas.
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«Usamos cámaras ultrarrápidas que captan partículas subatómicas en lugar de luz»
«Los trabajadores del CERN combinan creatividad científica con mucha disciplina técnica»
«Estos sensores podrían usarse en un futuro en protonterapia para tratar el cáncer»
– ¿Qué papel ha jugado su origen riojano en su carrera?
– Sinceramente, creo que no ha tenido mucho que ver. La Rioja no es una región especialmente centrada en la ciencia, al menos cuando yo era más joven. Pero quizás haber crecido en una ciudad pequeña me empujó a buscar algo más grande, a salir fuera y explorar el mundo.
– ¿Se valora la investigación científica en España?
– Por lo que veo y por lo que me cuentan compañeros que trabajan allí, la situación podría mejorar bastante. Los salarios de los doctorados son bajos, y eso es un problema cuando estás formando expertos que podrían contribuir mucho a la sociedad. Creo que la ciencia debería tener más apoyo, porque empuja la frontera del conocimiento y mejora al país en su conjunto, no solo en lo científico sino también en lo social y económico.
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– ¿Qué le gustaría aportar a la física en el futuro?
– Me gustaría que mi trabajo contribuya a desarrollar tecnologías que algún día tengan aplicaciones más directas. Los sensores que estamos diseñando ahora podrían usarse en el futuro en protonterapia para tratar el cáncer, o en misiones espaciales, donde la resistencia a la radiación es clave. Al final, la ciencia básica acaba teniendo impactos muy concretos en la vida de las personas.
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