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Greño, ayer en un momento de su comparecencia. :: juan marín
El auditor de Caja Rioja achaca el balance del 2010 a un cambio de criterio contable

El auditor de Caja Rioja achaca el balance del 2010 a un cambio de criterio contable

El responsable de PwC sostiene que la entidad se podría haber mantenido un año más con beneficios en caso de no haberse fusionado con Bankia

TERI SÁENZ

Lunes, 26 de junio 2017, 23:59

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Caja Rioja era hasta el 2010 una entidad financiera «solvente y muy saneada» con una concentración de riesgo inmobiliario notablemente inferior al resto de las cajas y un nivel de provisión sobre morosos superior a la media. Así lo aseguró ayer el auditor de PricewaterhouseCoopers Antonio Greño, encargado de supervisar las cuentas de Caja Rioja cuando se fusionó con Bankia y que también evaluó a la caja en los años precedentes, durante su comparecencia ante la comisión del Parlamento regional que investiga la situación económica de la firma en el momento de su integración en Bankia.

Desde ese punto de partida, Greño explicó que el 2010 fue un ejercicio «especial» ya que al incorporarse junto a otras seis entidades al Banco de Fondos y Ahorros (BFA) pasó como las demás a ser una filial y las decisiones se mutualizaron en vez de ser propias como hasta ese momento. Según detalló el experto ante los miembros de la comisión, la diferencia en las cuentas de aquel ejercicio obedecieron a un cambio de criterio autorizado por el propio Banco de España y que seguía normas internacionales de contabilidad. «No sólo afectó a Caja Rioja, sino al resto de las cajas», apostilló en referencia a la carta fechada el 29 de diciembre por el organismo regulador que instaba a seguir ese modelo. «Es la diferencia por la que hubo muchas pérdidas en el 2010», afirmó al tiempo que indicó que existía un plan interno que preveía que la entidad volviera a dar beneficios. «Caja Rioja no hubiera tenido problemas de liquidez y continuidad durante un año», garantizó respecto a las opciones de la entidad en caso de no haberse integrado. «Hubiera sido distinto», abundó.

Como detalló en este punto, a causa de la fusión se negociaron prejubilaciones por 19,7 millones que se llevaron a la cuenta de resultados en vez de a la de reserva y se hizo un «cumplimiento estricto de la norma» liberando provisiones de riesgos contingentes por valor de 16 millones de euros.

Valoraciones

En cuanto al contexto en el que se produjo la integración en Bankia, el auditor socio de PricewaterhouseCoopers hasta hace tres años señaló que el Banco de España «estaba en aquella época presionando a todas las cajas para fusionarse» y sólo unas pocas no lo hicieron. «Algunas de ellas estaban saneadísimas y en una posición envidiable», opinó a la vez que explicó que la situación contable de Caja Rioja se remitió al resto y «supongo» que también se hizo a la inversa. En su turno de intervención, Tomás Martínez (C's) inquirió si el proceso descrito podría considerarse una suerte de maquillaje contable, mientras Germán Cantabrana (Podemos) se interesó por los incentivos para la plantilla y la dirección. Por parte del PSOE, Ricardo Velasco infirió que la fusión fue «política y no económica» que conllevó despidos y prejubilaciones y Jesús Ángel Garrido, desde el PP, recalcó que el SIP fue supervisado por el Banco de España.

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