Viñedo singular: la primera diferenciación para un 'club selecto' y controlado

La vendimia, con tarjeta exclusiva de viticultor, será obligatoriamente manual y la elaboración, y crianza, se hará por separado. Las botellas tendrán numeración y precinta específica y los vinos se someterán a una doble calificación, analítica y organoléptica, inicial y antes de salir al mercado con una valoración exigida además en cata de 'excelente'. Otra cuestión importante es que el titular de la marca deberá comprometerse a utilizarla de forma exclusiva en estos vinos y no en otros que elabore en Rioja. Son algunas de las exigencias que los que decidan acogerse a esta nueva mención tendrán que cumplir para poder etiquetar sus vinos con la indicación especial Vino de Viñedo Singular. La mención, en cualquier caso, será trasversal a las tradicionales de crianza, reserva y gran reserva, de forma que podrá haber vinos de Viñedos Singulares etiquetados como genéricos o en función de las diferentes categorías de envejecimiento a criterio del propio embotellador.

La negociación se ha extendido durante dos años aunque la realidad del viñedo singular existe desde siempre en Rioja, con vinos de bodegas centenarias cuyas marcas comerciales hacen referencia a viñedos históricos o elaboraciones de prestigio más actuales que identifican sus vinos con los parajes de los viñedos. Ahora bien, a partir de ahora, todos los que decidan acogerse a la nueva categoría deberán demostrar la trazabilidad de sus uvas: es decir, que provengan realmente de los viñedos a los que hace referencia.