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Más de 7.000 riojanos reconocen que dejan de tomar medicamentos por no poder pagarlos

Más de 7.000 riojanos reconocen que dejan de tomar medicamentos por no poder pagarlos

Cáritas ha detectado que «hay ciudadanos que prefieren dar a sus hijos cualquier cosa antes que gastarse el dinero en la medicación»

Carmen Nevot

Lunes, 24 de abril 2017, 23:55

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Menos conocido pero los años de crisis han tenido otro efecto colateral. Se trata de una realidad que se suma, por ejemplo, a la pobreza energética y que aunque por lo general pasa desapercibida la padecen un buen puñado de riojanos. En total, más de 7.000 ciudadanos de esta comunidad no pudieron hacer frente el año pasado al pago de sus medicamentos, según los últimos datos del barómetro sanitario del Ministerio de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad.

De acuerdo con este gran sondeo anual con el que el Gobierno escucha la opinión de los ciudadanos sobre la sanidad pública, en el 2016 el 2,3% de la población de La Rioja dejó de tomar algún fármaco recetado por su médico porque no se lo podía permitir.

A la crisis se sumó el copago farmacéutico, que dio de lleno en la línea de flotación de los bolsillos de algunos españoles que hasta entonces no tenían que abonar nada por sus medicamentos. Aunque la aportación no era ni es excesiva y además se fijó un techo de gasto al mes para los usuarios en función de los ingresos, algunas personas se encontraron con que su situación, ya de por sí complicada por la crisis, se había agravado y sus ingresos tenían otro destino prioritario.

Esta es la foto fija en la actualidad, pero no siempre ha sido así. Desde que el barómetro sanitario incorporó a su encuesta la pregunta de si habían dejado de tomar algún medicamento porque su situación económica no se lo permitía, el número de personas que han pasado por este mal trago han fluctuado en función de la crisis. Así, por ejemplo, en el 2013, los riojanos que no podían pagar sus medicamentos representaban el 3,8% del total, es decir, algo más de 12.000. Un año después el número de afectados rondaban los 10.800 y en el 2015 cerca de 5.000.

En La Rioja la situación es menos mala que en la mayor parte de las regiones de España. De hecho, de acuerdo con la misma encuesta del Ministerio de Sanidad, el problema del pago de medicamentos se agudiza en la Comunidad Valenciana. Ahí, el porcentaje de personas que no pueden hacer frente al pago de sus medicamentos o deciden destinar ese dinero a otros fines que consideran prioritarios ronda el 6%, lo que significa que unos 300.000 valencianos no habrían podido pagar sus fármacos el año pasado. En Andalucía, el 5,7% de personas estaría en esta situación, el 5,1% en Melilla y el 5% en Cataluña.

En mejores circunstancias que La Rioja, al menos en términos porcentuales, se encuentran Galicia (1,6%), Ceuta (1,6%) Murcia (1,8%), Castilla y León (2,2%) y Navarra (2,1%).

En el conjunto del país, el número de personas que respondieron afirmativamente a la cuestión ha ido cayendo paulatinamente en los últimos años. En el 2013, por ejemplo, 2,4 millones de españoles tuvieron dificultades para hacer frente a sus tratamientos médicos, mientras que en el 2016 la cifra de afectados rondaba los 2 millones.

En Cáritas esta nueva circunstancias es bien conocida. «Nos consta que hay personas que no los pueden pagar», admite Julián Rello, responsable de Acción Social de Cáritas. Suelen ser personas que se quedan sin trabajo, sin recursos y sin ayudas y «prefieren darle a los hijos cualquier cosa que gastarse en la medicación que ellos necesitan para estar activos para dedicarse a la búsqueda activa de empleo», apunta.

La vía de entrada de estos casos son las Cáritas parroquiales y es ahí donde son evaluados para derivarlos, por lo general, a Servicios Sociales, «normalmente es ahí donde se responde y excepcionalmente en algún caso colaboramos nosotros». No son muchos, reconoce, «igual es el 0,70% de las ayudas que damos lo que se destina a medicamentos». La mayoría son tratamientos largos para alergias y otras enfermedades.

No es esta la única ayuda de este tipo que brindan desde Cáritas. El año pasado la entidad puso en marcha un convenio con una clínica dental para facilitar tratamientos más económicos a personas con escasos recursos. El convenio concluyó pero existe un protocolo dedicado a financiar la consulta especialmente de los niños. También en el 2016 hubo una campaña con una óptica por la que por cada gafa que vendían a su cliente aportaba otra para la gente sin recursos. La campaña acabó pero este año se está colaborando en este sentido. Por medio de las parroquias, se analiza la situación de las familias que pagan una parte y la otra Cáritas.

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