«Hemos sufrido y luchado. No es fácil, pero hay salida»

A su hijo Juan, de 7 años, le diagnosticaron de TEA hace 4 años y ese mismo día Pilar y su familia decidieron emprender una batalla por el futuro del pequeño. «Hemos luchado muchísimo todos, Juan, su hermana, mi marido y yo. No es fácil, pero hay salida. El problema sigue siendo el nombre, cuando a alguien le pones la etiqueta de autista... La sociedad no está preparada para relacionarse con ellos, para admitirles. Las barreras no se han roto y yo soy muy pesimista sobre que se vayan a romper. Lo he pasado fatal, han sido muchos días sin dormir porque pensaba que mi hijo se iba a quedar sin colegio y sin vida si se lo llevaban a un centro especial. Decidí luchar y ahí está en un colegio donde le quieren todos un montón y ha aprendido ya a leer y a escribir», resume Pilar.