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la rioja
Jueves, 28 de julio 2016, 10:53
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Carecía de nombre, medía 2,37 metros (que lo fiche el Clavijo) y pesaba 276 kilos de nada: todo un morrosko, aunque en realidad era un robot. Un robot de la época: mediados los años 70, la aparición de semejante gigante en una feria artística de Zurich mereció que Diario LA RIOJA le reservara un generoso espacio en sus páginas.
No aclaraba la noticia si era robot o robota: es decir, su género. Aunque de las graciosas tetillas que le adornan puede deducirse lo segundo. Lo cual causa extrañeza, porque el titular apuntaba en dirección opuesta: habla de un muchacho excelente.
Sea lo que fuera, seguro que siempre lo será.
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