JUBILACIÓN FLEXIBLE
MARTÍN TORRES GAVIRIA
Lunes, 21 de marzo 2016, 00:06
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Se cuenta una anécdota de Jesús de Nazaret, no recogida en las Sagradas Escrituras, en la que una tarde al oscurecer estaba siendo perseguido, junto a San Juan Bautista, por la guardia del Sanedrín y a punto de ser apresados divisaron una pequeña gruta del desierto de Néguev, donde se ocultaron. Ante la mirada interrogante de San Juan, Jesús le dijo: «No les temo, simplemente no ha llegado mi hora». San Juan vio una diminuta araña en el suelo y cuando se disponía a aplastarla con su sandalia Jesús lo detuvo diciéndole: «¡No! Ese minúsculo ser nos va a salvar la vida».
Lo mismo les pasa a la mitad de los que se jubilan actualmente: todavía no les ha llegado su hora y se aferran a cualquier hecho insignificante para tener esperanza. Cada día son más las personas jubiladas mayores de 55 años que se plantean una transición flexible a la plena jubilación. Jubilación flexible es la posibilidad de compatibilizar, una vez causada, la pensión de jubilación con un contrato a tiempo parcial.
Y a todo esto, ¿qué dice la ley? La ley permite que el jubilado realice una jornada de entre el 50% y el 75% de la jornada de trabajo a tiempo completo. Es decir, si la jornada completa es de ocho horas, le permite hacer entre cuatro y seis horas. Pero, ¡por supuesto!, la pensión se minora en proporción al tiempo de la jornada laboral trabajada. Si trabaja el 50% de la jornada completa, cobra la mitad de la pensión de jubilación. Si trabaja el 75% de la jornada, cobra el 25% de la pensión. Proporción inversa a la reducción de la jornada. Mientras se percibe la jubilación flexible se mantiene, a todos los efectos, la condición de pensionista y se cotiza por el trabajo realizado. De tal manera que las cotizaciones realizadas en este periodo de jubilación flexible surtirán efectos para la mejora de la pensión, una vez producido el cese en el trabajo, volviendo a recalcular la pensión sumando las nuevas cotizaciones a la vida laboral anterior.
La pregunta que nos podemos hacer es ¿esto es bueno o malo? La respuesta es personal e intransferible. Yo me voy a mojar: para mí, bueno. Bueno por motivos económicos; gastamos menos en pensiones, se recauda más en la SS, se recaudan más impuestos en el IRPF, aprovechamos saber y experiencia -que no nos sobra- y hacemos más competitivas nuestras empresas. Hay quien dirá que se quita trabajo a los jóvenes, pero lo mismo se dijo de la máquina de vapor, el tractor, la cosechadora, el ordenador, etc. Solo son cambios de recursos de un sector a otro. Pero lo fundamental no son los valores económicos, que también, sino los valores humanos; sentirnos útiles, valedores de experiencia y sabiduría para ayudar en todos los campos, que cuenten con nosotros, que no se nos aparte, que la vida es corta y larga a la vez. Y como decía Jesús, hasta lo más insignificante podría salvarnos la vida.
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Al amanecer, los guardias del Sanedrín vieron la gruta y uno de ellos al ir a entrar dio media vuelta y se fue diciendo: «Aquí no están. Por aquí no han entrado. Toda una tela de araña intacta cubre la grieta».
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