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Reparadora de sonrisas

Reparadora de sonrisas

La cirujana plástica alfareña Sonia Peña encabezó el primer equipo español en atender a mujeres en Pakistán atacadas con ácido por sus maridos

PPLL

Domingo, 17 de mayo 2015, 22:08

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«¿Dónde nos pueden necesitar de verdad?». Sin hacer caso a los avisos de que es país de alto riesgo, atendiendo a una vocación imparable, la respuesta llevó a la alfareña Sonia Peña a sumergirse la pasada Semana Santa en el dolor de 4 millones de mujeres pakistaníes a las que el ácido y un machismo atroz les han arrebatado su rostro, su esperanza, su humanidad.

Esa respuesta llevó a esta cirujana plástica y a la Fundación Sigo Adelante, que preside desde Zaragoza, a convertirse en el primer equipo español que acude a Pakistán para ofrecer su ayuda y servicios de la mano de la fundación local Depilex Smile Again -Devuélveles la sonrisa-, dedicada a luchar desde la educación con los más pequeños contra la violencia de género que azota el país y a reinsertar sociolaboralmente a mujeres aisladas por un machismo feudal.

Licenciada en Medicina en Zaragoza, donde realizó la especialidad de Cirugía Plástica, esta riojana cumple ya doce años como médico en la entidad privada.

En mayo del 2013, Sonia cambió y amplió las instalaciones de la clínica San Clemente. En ese momento, nació la Fundación Sigo Adelante sobre los cimientos de la cirugía reparadora, parte de su especialidad que ayuda a quienes sufren secuelas físicas o psicológicas tras un accidente o una operación. Con esa esencia sin ánimo de lucro, la Fundación Sigo Adelante lleva dos años desarrollando su labor en Aragón con el objetivo de intervenir quirúrgicamente, sufragando los gastos, a las personas que no pueden acceder por su coste o por la lista de espera en la Seguridad Social. Así, ha operado a cinco personas. «Ver la alegría de las pacientes al solucionarles un problema que suponía una limitación en su vida resulta absolutamente gratificante», sonríe.

Además, Sigo Adelante ha ofrecido diez talleres con la ayuda de laboratorios farmacéuticos sobre maquillaje para disimular cicatrices, un ciclo de charlas y apoyo psicológico a pacientes y familiares con médicos rehabilitadores, psicólogos, cirujanos, etc. «Todo está encaminado -explica- a que estas personas no tengan ninguna limitación en su vida normal pese a haber pasado por este trance, pues son casos de cáncer de mama o quemados que están curados pero que tienen secuelas en forma de amputaciones por mastectomías o cicatrices que todavía les hacen sentirse enfermos. Necesitan que alguien les ayude a que su cuerpo recupere sus formas y no se sientan estigmatizadas».

Aunque el primer objetivo era Aragón, esta alfareña ya ha trascendido fronteras: durante esta Semana Santa se trasladó junto a otros dos cirujanos plásticos y un anestesista a la segunda ciudad en importancia de Pakistán, Lahore. Allí se encontró frente a frente con las víctimas de una sociedad machista, cerrada, en la que el hombre castiga a la mujer por celos, por rechazo o por cualquier excusa rociándola con ácido. También a las niñas y jóvenes violadas para que después no les denuncien. «Las convierten en monstruos y las aíslan de la sociedad», lamenta.

No fue fácil llegar a un país al que el Ministerio de Asuntos Exteriores recomienda no viajar por ser de alto riesgo. De hecho, la Fundación no contó con ningún apoyo de subvenciones. Pero en la Depilex Smile Again encontraron todo el apoyo, protección y les allanaron el camino, poniéndoles en contacto con las pacientes. «Antes de ir -rememora- teníamos temor, pero en cuanto pusimos un pie allí nos sentimos muy arropados y acogidos desde la fiesta de bienvenida, a la que asistieron la ministra de Sanidad, actrices famosas. Que alguien de un país remoto se preocupe por ellas es un mensaje de alegría para el país».

Agotado el material

En salas de cuatro paredes, sin nada de material, encontraron en todas las pacientes el mismo diagnóstico: el ácido había devorado en segundos los tejidos de sus párpados y de su nariz, cerrado su boca y dejado rígido el cuello. El primer día ya consumieron todo el material que llevaron -donado por clínicas zaragozanas- y que confiaban durara la semana completa.

Ese día realizaron dos cirugías reparadoras mayores de más de seis horas de quirófano. En las otras jornadas, operaron a otras trece para resolver problemas funcionales: abrir bocas para poder comer, orificios nasales para respirar mejor, dar bridas a cuellos para que los puedan mover, etc. A otras veinte jóvenes, algunas llegadas andando desde lugares remotos de Pakistán, les atendieron pinchando con corticoides las cicatrices para rebajar su tamaño y que mantengan la esperanza. «En la unidad de grandes quemados he visto situaciones dramáticas, pero nunca jamás he visto las quemaduras y las secuelas que he visto en Pakistán», describe Sonia.

Ya en España, Sonia y el equipo de Sigo Adelante tienen claro que regresarán a Pakistán. Lo planean para otoño. Pero antes necesitan recaudar fondos para llevar material médico y quirúrgico, que es lo que más escasea. Entre otras acciones, la Fundación celebra el 21 de mayo una cena benéfica en el restaurante Aura de Zaragoza. Toda ayuda será bienvenida.

«En mi día a día, me dedico a la belleza. Pero ver que a una mujer le arrebatan su integridad física, sus derechos humanos, ayudar de verdad a personas con lo que sabemos hacer ha sido una experiencia personal intensa y bonita», confiesa esta alfareña a modo de conclusión.

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