«Hay que despojarse de la idea de que uno es el profesor y otro el alumno»

La Universidad Internacional de La Rioja (UNIR) celebra desde este miércoles y hasta el viernes, el XVI Simposio Internacional de Informática Educativa (SIIE 2014). Uno de los actos destacados del programa es la presentación de la Cátedra Unesco en eLearning de UNIR, cuyo director es Daniel Burgos, vicerrector de Investigación y Tecnología en dicha universidad.

¿Qué es la Cátedra Unesco en eLearning de UNIR?

Es un reconocimiento de la UNESCO por la trayectoria que tenemos desde hace tres años en la UNIR tratando con temas de Tecnología Educativa, también por la planificación y el diseño. Hemos llegado al compromiso con la UNESCO para los próximos cuatro años de seguir trabajando en la misma línea. Se puso en marcha hace menos de un año. Hace unos días presentamos a los gestores lo que habíamos hecho a lo largo de este tiempo. Les sorprendió que fuera voluntariamente, a veces llaman a capítulo, y que les gustaba mucho el enfoque, porque somos muy activos y es una cátedra muy integradora, de trabajo, colaborativa, en la que cuento con un equipo de 6 compañeros y una red muy abierta tanto en Europa como en Latinoamérica. Lo que queremos es que vaya a más para hacer trabajos de investigación y de eLearning de manera conjunta.

¿Qué significa la Informática Educativa?

Consiste en integrar de modo adecuado las tecnologías, tanto dentro como fuera del aula como para favorecer el aprendizaje. Se trata de escoger la herramienta adecuada para utilizarla en el proceso educativo. Se busca aprender más, mejor, más relacionado, para ampliar el rendimiento de aprendizaje y de enseñanza. La UNIR es una universidad on line. Para nosotros la Informática Educativa es fundamental se utiliza en cualquier tipo de titulación, pero tenemos un máster especializado en eLearning y Redes Sociales, tenemos proyectos (investigación) de eLearning... Trabajamos sobre ello y lo queremos aplicar.

¿Cómo aplica esta metodología la UNIR?

Nosotros tenemos un proceso de evaluación continua. Existe una parte de aprendizaje tradicional (examen, actividades...) el 60 por ciento y, el resto, que también es continua, se motiva la participación, por ejemplo, en una charla on line, un foro o en el envío de una actividad. No consiste en darse la paliza el último día y estar cuatro meses sin hacer nada. Ahora, entre nuestros proyectos de investigación propios, se está desarrollando uno dedicado a cómo apoyar al profesor para que tenga más información útil del alumno para corregir mejor, en el que se quiere que cuente con 'una línea de la vida del estudiante', que conozca en qué momento evolutivo se encuentra. También se trabaja en otro dedicado al alumno, que se centra en personalizar el aprendizaje. El reto es la presentación, la forma final, que el trabajo de un proyecto de dos años facilite una información que pueda entenderse y ser útil al instante para el profesor y para el alumno.

¿Cuál es el origen de esta cátedra?

Compilar todo esto para tener un paraguas de trabajo muy centrado en cómo utilizar las tecnologías de la información en la educación, en el colegio, con el móvil, con analíticas de aprendizaje, entre otras cosas. De dicha organización, durante cuatro años, nace esta cátedra. La presentamos a la UNESCO y les gustó. Para nosotros, trabajando en Educación, es una responsabilidad muy grande, estar mano a mano con el organismo a nivel transversal más importante en el mundo. Queremos hacerlo bien y trabajamos con intensidad para conseguirlo.

Con esta cátedra se busca promocionar la colaboración en eLearning , Tecnología Educativa e innovación a través de Internet, ¿cómo?

Cuando hablamos de colaboración, primero nos referimos a los distintos actores del proceso educativo. Hablamos de usuario, es el alumno, pero también del profesor que tiene que adaptarse a una tecnología creciente, cambiante y estar al tanto de lo que aparece en el mercado por lo que es un foco de trabajo, público objetivo. Están los gestores del centro educativo, los tutores...hay muchos actores y la colaboración entre todos ellos, incluyendo expertos, diplomáticos y quienes hacen las políticas... todos son importantes en cada parcela. Queremos despojarnos de la perspectiva habitual de que uno es el profesor y otro es el alumno, de la cuarta pared, porque esta idea cada vez se sostiene menos.

¿Cómo ha cambiado la educación en este sentido?

En las oportunidades. Disponemos de interacciones, de accesos tecnológicos, de muchísimas maneras de informarnos, de colaborar, de dialogar incluso con gente muy dispar y que no pertenece a nuestro círculo. A esto hay que sumar la inmediatez. En la práctica educativa, es indudable, que depende del que lo aplica. Lo que es cierto es que hoy podemos trabajar con gente dispersa, de forma inmediata y desde cualquier sitio, por ejemplo, con un móvil. Eso sí lo tenemos. Aplicarlo, la metodología...es un debate eterno.

Una de las últimas noticias sobre la UNIR es que se han graduado quinientos alumnos en Bogotá, ¿qué les aporta la internacionalización?

En lo que se refiere a lo académico, es muy importante porque tenemos alumnos en todo el mundo, es otro mercado. A nivel de investigación, tenemos ahora mismo 137 investigadores acreditados y ahora saldrán otros cuatro o cinco más. Lo que nos aporta es que la primera propuesta de proyecto se la enviamos a la Comisión Europea para valorarla, luego sumamos socios europeos y hasta el momento tenemos más 50 convenios internacionales. En la parte académica es muy importante y en la investigación es fundamental. No hubieramos podido desarrollar ninguno de nuestros proyectos si nos hubiéramos quedado en el nivel nacional o regional. Nuestras técnicas nos ayudan a superar la dispersión, las distancias.

Se está celebrando el XVI Simposio Internacional de Informática Educativa, ¿qué se espera de este encuentro?

Nos juntamos alrededor de 80 profesionales de España y otras diez o doce personas de Colombia, Lituania, Túnez, Brasil...En España es el Simposio de Tecnología Educativa, vienen los responsables de Informática Educativa de casi todas las universidades de España y de algunas empresas. Por ello se espera un buen nivel de diálogo, de discusión. Estamos en la búsqueda de acuerdos en lo relacionado a la calidad de contenidos, cantidad, evaluación, acreditación...no existe nada, estamos trabajando en ello. Cualquier persona monta un curso con la mejor voluntad del mundo, lo cuelga, tiene 20.000 alumnos y no existe ningún tipo de acreditación. Hay que responder a quién lo financia, quién lo va a pagar, si después lo va a reconocer una universidad de dentro del ámbito de Bolonia o de fuera de Bolonia. Nos preocupa cómo integrar el aprendizaje de fuera de clase y dentro de clase. Se necesita reconocer y acreditar las competencias adquiridas. Es un acuerdo de partes en el que hay que ser lo suficientemente generoso y ser consciente de que igual hay que desprenderse de algo.