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El primer ministro israeí, Bejamín Netanyahu, camina junto a un grupo de seguidores. EFE
La falta de gobierno debilita a un Netanyahu cercado por la corrupción

La falta de gobierno debilita a un Netanyahu cercado por la corrupción

Trump lamenta que el primer ministro israelí tenga que volver a someterse a unas elecciones que agotan sus opciones de inmunidad

Mikel ayestaran

Corresponsal. Jerusalén

Jueves, 30 de mayo 2019, 00:10

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«Aunque anoche tuvimos un pequeño incidente, no nos va a detener», con estas palabras recibió Benyamin Netanyahu a Jared Kushner en el encuentro que mantuvo con los enviados de Donald Trump horas después de fracasar en su intento de formar gobierno y apostar por unas nuevas elecciones. El primer ministro israelí ahogó sus penas con el yerno del jefe de la Casa Blanca y su enviado especial a Oriente Próximo, Jason Greenblatt, en una reunión centrada en el foro de Bahréin, en el que Estados Unidos presentará la parte económica de su propuesta de paz.

Esta conferencia se enmarca dentro del «plan del siglo» que Trump pensaba presentar a palestinos e israelíes tras los comicios de abril, pero que ahora queda en el aire en este Israel que tendrá que volver a las urnas el 17 de septiembre. Un plan que nace muerto porque la Casa Blanca lo ha elaborado a espaldas de unos palestinos que se sienten humillados. «Deberán volver a las urnas. Eso está muy mal», lamentó Trump ante los periodistas en la Casa Blanca y aprovechó para recordar que el primer ministro «es un gran tipo».

El 'rey Bibi', como le apodan en Israel, sufrió una «de las mayores derrotas de su carrera», según el diario 'Haaretz', al no ser capaz de conseguir el apoyo de Avigdor Lieberman para repetir la coalición de la legislatura anterior. Las diferencias entre los laicos ultranacionalistas de Israel Nuestra Casa y los ultraortodoxos de Judaísmo Unido de la Torá y Shas respecto a la ley que obliga a los religiosos a ir de forma obligatoria al servicio militar hicieron saltar por los aires el posible acuerdo.

Por un momento Israel vio a un Netanyahu distinto al dirigente confiado y socarrón, y se encontró ante un político «poco preparado, furioso y sin guión», tal y como lo vio el analista de 'Haaretz' Anshel Pfeffer. El fracaso a la hora de formar su ejecutivo puede suponer «el principio del fin» para el primer ministro, pues «ya no es tan poderoso como antes», señaló Abraham Diskin, profesor de Ciencias Políticas.

El «pequeño incidente» al que se refirió Netanyahu deja a Israel con un gobierno en funciones hasta, al menos, octubre, un mes que tiene marcado en rojo en su calendario judicial particular. En ese mes tiene una cita con el fiscal general, Avichai Mandelblit, que decidirá si lo inculpa o no. El primer ministro corre el riesgo de ser encausado por tres casos de corrupción y con esta nueva situación no tendrá un Gobierno formado a tiempo para garantizarse inmunidad. Ya lo intentó en mayo con un proyecto de ley que permitiría al Gobierno y al Parlamento eludir los dictados del Tribunal Supremo.

Sarah Netanyahu paga una multa por corrupción

La esposa del primer ministro israelí, Sarah Netanyahu, llegó a un acuerdo con la Fiscalía para pagar una multa de 13.400 euros y evitar así imputaciones de fraude en un caso de corrupción. El pacto pone fin a una investigación sobre la utilización de fondos estatales para encargar comida preparada y contratar a chefs para la residencia del jefe del Gobierno cuando disponía de cocinero oficial a tiempo completo o se trataba de invitaciones personales. Tanto Sarah Netanyahu como el conserje de la vivienda, Ezra Saidoff, fueron acusados de fraude y abuso de confianza por gastar 90.000 euros de fondos públicos. Finalmente, ella evita reconocer la comisión de fraude y abuso de confianza. Este caso de corrupción no está relacionado con los cargos que afronta su marido, que incluyen acusaciones de soborno, fraude y abuso de confianza.

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