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Miembros de los equipos de rescate avanzan por las calles inundadas por el tifón 'Mangkhut' a su paso por Macao. :: I. Laurence / AFP
'Mangkhut' deja un reguero de devastación

'Mangkhut' deja un reguero de devastación

China afronta mejor de lo esperado el tifón más violento de este año, pero en Filipinas las víctimas superan ya el medio centenar

ZIGOR ALDAMA

SHANGHÁI.

Lunes, 17 de septiembre 2018, 00:21

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Rascacielos de más de treinta pisos que se bambolean. Andamios de bambú que se doblan como si fuesen una hoja de papel. Desprendimientos en fachadas, caída de grúas, rotura de cristales por doquier, y olas que entran hasta el portal. Empleados de hoteles que tratan sin éxito de contener la ira del viento agolpándose contra puertas que terminan abriéndose de par en par. Y viandantes escépticos que comprueban al salir volando cómo los meteorólogos no exageraban cuando pidieron a la población que no saliese de sus casas. El tifón 'Mangkhut' se confirmó ayer como el peor fenómeno de este año en todo el mundo y se despidió causando estragos en Hong Kong, Macao, y la provincia china de Guangdong.

Afortunadamente, y a pesar de la imprudencia de quienes se arriesgaron a retransmitir en directo el huracán con sus móviles o de quienes cogieron el coche haciendo caso omiso del peligro que suponía la continua caída de árboles, la cautela que había impuesto China predominó entre la población y surtió el efecto deseado.

Más de 2,45 millones de personas habían sido evacuadas, 48.000 barcos habían regresado a puerto, y las obras en 29.000 edificios en construcción fueron detenidas y aseguradas. Así, a pesar de los cuantiosos daños materiales causados por rachas de viento de hasta 230 kilómetros por hora, hasta anoche las autoridades del gigante asiático no informaron de ninguna víctima mortal.

Unos 130.000 filipinos permanecen en refugios y la mayoría teme haber perdido sus viviendas

No obstante, en Hong Kong, una de las primeras ciudades que sufrieron el impacto de 'Mangkhut' y que activó hasta bien entrada la tarde la alerta número 10 -la mayor de su escala para medir tifones-, se registró un centenar de heridos. Y no se descarta que hoy sí haya noticia de fallecimientos en el sur del país. No obstante, China ha demostrado un gran avance en su capacidad para hacer frente a fenómenos naturales que hace solo una década habrían dejado centenares de muertos. Ahora, el esfuerzo se centrará en volver a la normalidad.

De momento, anoche varios aeropuertos de la región del río Perla, en los que se han cancelado más de 1.500 vuelos, reabrieron sus pistas. Pero sus gestores reconocen que tardarán varios días en transportar a los viajeros que han quedado atrapados. Aerolíneas como Thai Airways ya han anunciado que utilizarán los aparatos con mayor capacidad para agilizar esas operaciones, y otras como Cathay Pacific podrían operar vuelos adicionales. Hoy se espera que los servicios de tren y de autobús funcionen ya con normalidad, aunque las autoridades piden paciencia a los pasajeros.

En Filipinas la situación es muy diferente. Como habían vaticinado los equipos de rescate que ayer alcanzaron las zonas más azotadas, el tifón ha dejado a su paso un reguero de desolación en el norte de la isla de Luzón. Allí, los desprendimientos de tierra se convirtieron en el fenómeno más mortal y dispararon el número de fallecidos a 59, una cifra provisional que podría continuar aumentando en la región de Cordillera porque todavía hay 16 desaparecidos.

Desde el aire

El presidente filipino, Rodrigo Duterte, inspeccionó desde el aire la zona arrasada por 'Mangkhut' y afirmó que el Gobierno está utilizando todos los recursos a su disposición para rescatar vidas y recuperar la normalidad. No será fácil lograr eso último, porque ayer 130.000 personas continuaban en centros de evacuación y muchas temen que sus viviendas, en su mayoría construcciones endebles, hayan quedado completamente destruidas por el tifón.

Afortunadamente para ellos, la ayuda humanitaria ya ha comenzado a llegar. Según Efe, el Programa Mundial de Alimentos ha distribuido 20.000 sacos de arroz -precisamente el cultivo de ese cereal es el más afectado por el tifón-, y Cruz Roja entregará artículos de primera necesidad entre unos 25.000 damnificados.

Pero la temporada de tifones todavía no ha concluido y los meteorólogos advierten de que aún se pueden formar más de categoría 4 o 5, los más devastadores. Lógicamente, la inusual fuerza de 'Mangkhut', y la creciente frecuencia a la que se suceden estos fenómenos ha reavivado de nuevo el debate sobre las catastróficas consecuencias del calentamiento global y del cambio climático. De momento, lo que está claro es que los ciudadanos que más las sufren tendrán que acostumbrarse a protegerse mejor contra ellas.

LA CLAVE

2,45 millones de personas fueron evacuadas por Pekín, se trasladaron a puerto 48.000 barcos y se suspendieron las obras de 29.000 edificios.

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