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El jefe de la Policía eslovaca cede a la presión popular y anuncia su cese

La de Tibor Gaspar es la última de una cadena de dimisiones provocadas por el asesinato no resuelto de un periodista de investigación

R. C.

PRAGA.

Miércoles, 18 de abril 2018, 00:44

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El jefe de la Policía de Eslovaquia, Tibor Gaspar, anunció ayer que dejará el cargo el próximo 31 de mayo. Según informó la emisora TA3, la decisión se acordó con el primer ministro, el socialdemócrata Peter Pellegrini, tras las masivas protestas registradas el pasado domingo en la capital, Bratislava, que ya costaron el lunes el puesto al nuevo ministro de Interior, Tomas Drucker.

La salida de Gaspar al frente de la Policía se produce en el marco del escándalo por el asesinato de un periodista de investigación y de su novia a finales de febrero, en circunstancias aún por aclarar, que ha generado protestas multitudinarias por la supuesta falta de independencia de esta y otras investigaciones.

La muerte de Jan Kuciak, que elaboraba un reportaje sobre una mafia italiana y sus vínculos con círculos próximos al entonces primer ministro Robert Fico, provocó la caída del Ejecutivo tripartito. Pero la continuidad de Tibor Gaspar en su cargo aumentó la indignación de los ciudadanos, que le consideran responsable de la muerte de Kuciak por no actuar cuando el joven periodista denunció que había recibido amenazas de muerte.

Pellegrini dejó clara la pérdida de confianza de su Gabinete en Gaspar cuando apuntó ayer que el nuevo ministro de Interior, aún por definir, no debe estar «cuestionado» por su presencia al frente del cuerpo de Policía. Sin embargo, endulzó su salida al asegurar que le sigue considerando «un profesional competente». «Era objeto de una enorme presión política, incluso con ataques contra todo el cuerpo policial», dijo Pellegrini, que confía en «calmar las tensiones». Se espera que Gaspar presente hoy una carta oficial de dimisión.

Ola de protestas

Unas 35.000 personas salieron el domingo a la calle en Bratislava para pedir el cese de Tibor Gaspar y del fiscal especial Dusan Kovacik, así como elecciones anticipadas. El asesinato del periodista, de 27 años, ha causado una gran indignación en Eslovaquia, que vive desde entonces la mayor ola de protestas desde el fin del comunismo en 1989.

Las movilizaciones han estado promovidas por las plataformas 'Por una Eslovaquia decente' y 'No nos da igual', y se han repetido de manera masiva desde la muerte de Kuciak y su novia, Martina Kusnirova, hace dos meses.

El Gobierno ha ido cediendo a las reivindicaciones lanzadas durante las protestas, con excepción de la convocatoria anticipada de comicios. Estas decisiones han estado dirigidas en buena parte por el jefe de Estado, Andrej Kiska, quien pidió al Ejecutivo de Pellegrini responsabilidad para calmar los ánimos de la ciudadanía. La destitución del jefe de la Policía también fue una indicación de Kiska, preocupado por el alcance del escándalo. El mandatario ha actuado de forma eficaz, aunque no con la deseada rapidez, como intermediario entre las plataformas cívicas y el Gobierno.

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