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Partidarios de paralizar el 'brexit' se manifiestan por el centro de Liverpool. :: reuters
La dirección laborista descarta un referéndum que anule el 'brexit'

La dirección laborista descarta un referéndum que anule el 'brexit'

La conferencia del partido votará hoy una moción en favor de 'un voto del público' si no hay elecciones

ÍÑIGO GURRUCHAGA

LIVERPOOL.

Martes, 25 de septiembre 2018, 00:09

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John McDonnell, vicelíder laborista, afirmó ayer a la BBC que su partido no apoya ni convocará, si llega al Gobierno, una segunda consulta en la que se pregunte a los británicos si quieren permanecer en la Unión Europea. El voto «será sobre el acuerdo», dijo al programa 'Today'. «Nosotros respetaremos el referéndum» de 2016, sentenció.

La declaración de McDonnell confirma el punto de vista de Len McCluskey, el líder sindical con más influencia en la dirección del partido, que el domingo expresó la misma opinión, antes de que se reunieran más de un centenar de miembros, representantes sindicales y dirigentes para consensuar una moción sobre el 'brexit' que se presentará mañana al voto de la conferencia.

La mayoría de las propuestas de las agrupaciones pedían que el partido se sume a la campaña por un 'People's Vote' (voto del pueblo), que con respaldo de grupos y políticos de diversos partidos demanda la repetición de la consulta de 2016, adaptada -con dos o tres respuestas posibles- a las circunstancias de la negociación en el momento de la convocatoria. Sin apoyo laborista esa demanda es inviable.

LA CLAVECorbyn y su entorno creen que el acuerdo de salida conducirá a la caída del Gobierno conservador

Según la versión ofrecida por Andrew Levin, presente en la reunión laborista, que se extendió hasta la medianoche, las agrupaciones partidarias del segundo referéndum lograron que se borrase del texto, de un folio y medio, que el voto sería «sobre los términos del 'brexit'». El texto inicial fue presentado por el equipo del responsable laborista, Keir Starmer.

El párrafo significativo de la moción dice: «Si no podemos lograr unas elecciones generales, el Partido Laborista debe apoyar todas las opciones que queden en la mesa, incluyendo hacer campaña por un voto del público». Permite a la dirección mantener su objetivo prioritario -ganar las elecciones- y no le obliga a incluir la parada del 'brexit'.

Levin afirmaba que los partidarios de la permanencia lograron que se incluyese en el texto el compromiso de «apoyar una relación con la UE que garantice la plena participación en el mercado común». Pero los tests establecidos por Starmer para juzgar un acuerdo logrado por Theresa May ya dicen que «debe asegurar los mismos beneficios del mercado común que ahora se disfrutan».

La idea que se hacen Corbyn y sus colaboradores es que May puede lograr un acuerdo que quiebre a su partido en el Parlamento, los laboristas votarán en contra porque ninguno cumplirá sus tests, se convocarían elecciones y el partido las ganaría con un programa económico radical, y su Gobierno negociaría con la UE un acuerdo que sometería quizás al voto del público.

Denis MacShane, que fue director general para Europa en el Gobierno de Tony Blair, cree que Londres y Bruselas llegarán a un acuerdo sobre la retirada y sobre una declaración genérica sobre la relación futura, y que el grupo conservador no se romperá, la negociación se extenderá en el tiempo y los laboristas pasarán hasta 2022 aireando cada año alguna idea radical.

Varias posibilidades

No es una voz singular en el laborismo ni en Reino Unido, donde los mayores expertos en la UE siguen confiando en que la negociación no se romperá. Si en algún momento de ese avance confuso hacia algún lugar, se reaviva la demanda de un segundo referéndum, ahora anestesiada por la dirección laborista, los partidarios de la permanencia podrán argumentar ante Corbyn que la moción no lo descarta.

Theresa May rechaza la convocatoria de una segunda consulta. Se ha comprometido a presentar su acuerdo con Bruselas al voto del Parlamento. Si lo ahora posible es un complejo mecanismo aduanero que evite la frontera física en Irlanda y una declaración genérica sobre el futuro, la bandera del referéndum no agitará intensos sentimientos.

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