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Kim Jong-un y Moon Jae-in se abrazan durante su segundo encuentro en la frontera. :: efe
Las Coreas se reúnen por sorpresa

Las Coreas se reúnen por sorpresa

Kim Jong-un y Moon Jae-in envían un mensaje de unidad y compromiso en un nuevo encuentro para tratar los vaivenes del presidente Trump

ZIGOR ALDAMA

Domingo, 27 de mayo 2018, 00:26

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shanghái. Con un efusivo abrazo en tres movimientos que parecían avanzar otros tantos besos, ayer Kim Jong-un y Moon Jae-in volvieron a verse frente a frente en la frontera que divide Corea del Norte y Corea del Sur. Después de la emocionante cumbre televisada que protagonizaron el pasado día 27, los dos líderes coreanos optaron en esta ocasión por celebrar un encuentro sin aviso previo y sin la presencia de la prensa. Pero las imágenes que Seúl distribuyó después de la reunión que ambos mantuvieron entre las 15:00 y las 17:00 horas en Tongil Gak, la zona norte de Panmunjom, reflejaron la buena sintonía que los une. De nuevo, Kim y Moon se mostraron sonrientes y afectuosos.

Según la información proporcionada por el Ejecutivo surcoreano, el encuentro se celebró para discutir detalles sobre la implementación de la Declaración de Panmunjom que ambos firmaron tras la primera cumbre intercoreana. El documento propicia el acercamiento de ambas Coreas, pero requiere trabajar en los mecanismos que lo harán realidad. Sin embargo, nadie duda de que el plato fuerte de la reunión fueron los vaivenes protagonizados por Donald Trump: el jueves, pocas horas después de que Corea del Norte demoliese su centro de pruebas atómicas, el presidente de Estados Unidos anunció la cancelación de su encuentro con Kim, previsto inicialmente para el próximo día 12 en Singapur; y el viernes volvió a comprometerse con la cita.

«Estamos teniendo conversaciones muy productivas con Corea del Norte para recuperar la cumbre. Si es posible, se mantendrá en Singapur en la misma fecha. Si es necesario, se retrasará», tuiteó Trump ayer para desconcierto de toda la comunidad internacional. No en vano, el propio Moon se vio forzado a organizar una reunión de emergencia en la medianoche del viernes para analizar con su gabinete las implicaciones que tendría la cancelación de la esperada cita entre Trump y Kim.

LA CLAVE «Si es posible, se mantendrá en Singapur en la misma fecha. Si es necesario, se retrasará»

Ante el comportamiento errático del mandatario americano, la reunión de Moon y Kim sirvió para lanzar un mensaje de unidad y de compromiso con el proceso de paz que ha devuelto la esperanza a la península de Corea. Muchos lo interpretaron, además, como una iniciativa para presionar a Trump y para advertirle de que también sin él se puede avanzar en un progreso que cada vez parece más sólido.

Moon se comprometió a proporcionar hoy más datos sobre la inesperada cumbre de ayer, que sorprendió por la celeridad y el sigilo con la que se llevó a cabo. El presidente surcoreano estuvo acompañado en las conversaciones por su jefe de Inteligencia, Seo Hoon, y Kim acudió con el director del Frente Unido del Comité Central del Partido de los Trabajadores, Kim Yong-chol.

La hermana del líder

Aunque no se sentó a la mesa con ellos, también estuvo presente la hermana de Kim, Kim Yo-jong, una mujer cuya influencia va en aumento a juzgar por las numerosas citas a las que acude: lideró la delegación norcoreana que acudió a los Juegos Olímpicos de Invierno celebrados en Pyeongchang, y ha estado también en las reuniones que Kim ha mantenido con Moon y con el presidente chino, Xi Jinping, que también mostró su esperanza de que las negociaciones lleguen a buen puerto.

Ahora, la pelota está en el tejado de la Casa Blanca. Corea del Norte ha cumplido con las promesas que había hecho: ha eliminado la retórica belicista característica de sus comunicados, se ha comprometido con la firma de un tratado de paz que ponga fin a la Guerra de Corea que se cerró en falso con un armisticio, ha cesado las pruebas de armas atómicas y el lanzamiento de misiles intercontinentales, y ha destruido sus instalaciones de Punggye-ri. Trump, sin embargo, se ha quedado de brazos cruzados, mareando la perdiz y limitándose a afirmar que muchos creen que es merecedor del Premio Nobel de la Paz. No obstante, quien más está haciendo -y arriesgando- por la paz en Corea es, sin duda, Moon.

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