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Otto Skorzeny acabó sus días como granjero en Irlanda.
Un alto mando de las SS nazis fue el guardaespaldas de Eva Perón

Un alto mando de las SS nazis fue el guardaespaldas de Eva Perón

Una investigación de un periodista irlandés desvela el destino de Otto Skorzeny, uno de los soldados favoritos de Hitler, tras la II Guerra Mundial

AGENCIAS

Domingo, 4 de enero 2015, 02:38

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Uno de los altos mandos de las SS nazis, Otto Skorzeny, trabajó como guardaespaldas de la primera dama argentina Eva Perón, según ha revelado un estudio de un periodista irlandés, que asegura que Skorzeny, uno de los soldados favoritos de Adolf Hitler, terminó sus días como granjero en Irlanda.

"Durante la Segunda Guerra Mundial lo llamaban el hombre más peligroso de Europa. Después del conflicto bélico viajó a Buenos Aires, Argentina, donde se convirtió en asistente del presidente Juan Domingo Perón y guardaespaldas de su mujer, Eva Perón", ha explicado el periodista Kim Bielenberg en un reportaje publicado por la cadena británica BBC.

Skorzeny fue uno de los soldados favoritos de Hitler, y cobró fama por el rescate de Benito Mussolini de un hotel en medio de los Apeninos, donde estaba preso. Así salvó al líder fascista italiano de ser entregado a los aliados.

El rescate de Mussolini

Nacido en Austria en 1908, durante la Segunda Guerra Mundial Skorzeny ocupó varias posiciones destacadas. En abril de 1943 fue puesto al frente de las fuerzas especiales alemanas, donde comandó un pelotón de elite de las SS (Escuadras de defensa del nazismo).

El 25 de julio de 1943, Hitler se enteró de la captura de Mussolini y le pidió a Skorzeny que se encargara del rescate del 'Duce'. Durante varios meses 'Caracortada' -como era llamado por su cicatriz- buscó información confiable sobre la ubicación de Mussolini. Hasta que en el mes de septiembre de ese año logró dar con él: estaba en un hotel ubicado en una remota montaña de los montes Apeninos, en el norte de Italia.

Con semejante éxito, Skorzeny fortaleció su prestigio y fue ascendido a mayor. Incluso el primer ministro británico Winston Churchill calificó el rescate como un acto de "gran audacia militar".

Diez días después del suicidio de Hitler en mayo de 1945, Skorzeny se rindió ante un escuadrón estadounidense. Estuvo en el banquillo de acusados en los juicios de Dachau en 1947 por crímenes de guerra, especialmente por la ofensiva en Las Ardenas, pero no se le atribuyó responsabilidad alguna. Logró huir con la ayuda de compañeros de las SS primero a Francia y después a España, desde donde viajó varias veces a Buenos Aires, donde conoció al presidente Juan Domingo Perón y se convirtió en asistente y guardaespaldas de su esposa, Eva Perón.

En junio de 1957, el exagente nazi viajó a Irlanda, donde fue recibido como un héroe. "Reggie Darling, un historiador de la zona, lo recuerda como un hombre grande, llamativo por su enorme cicatriz y que no era precisamente muy amable y a quien no le interesaba cruzarse mucho con la gente", ha relatado Kim Bielenberg.

Pese a su pasado, Skorzeny viajó a Irlanda en 1957 para intentar convertirse en un sencillo granjero, pero no dejó de despertar algunas suspicacias con su 1,93 metro de estatura, los 114 kilos de peso, y la enorme cicatriz que atravesaba su mejilla izquierda. "Las noticias de la prensa irlandesa de aquel entonces retrataban a Skorzeny como un glamuroso hombre del espionaje", ha indicado Bielenberg.

El único refugio estable que encontró fue su residencia de Madrid, donde murió de cáncer en 1975. Skorzeny sería además el máximo responsable del grupo secreto Organización de Antiguos Miembros de las SS (ODESSA) en España.

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