Borrar

«Tonos suaves y poco escote, muy al gusto de la reina»

Domingo, 27 de mayo 2018, 00:49

Necesitas ser suscriptor para acceder a esta funcionalidad.

Compartir

Entre los invitados de la familia real destacaba Kate Middleton con un traje en color crudo, acoplado y muy elegante, con pamela del mismo color. La madre de la novia lucía con gran dignidad traje verde con pequeño sombrero. La princesa Ana acudió con un traje entallado en seda burdeos con solapas chal. Sarah Ferguson vestía un traje oscuro muy ajustado que destacaba su exuberante línea, complementado con tocado. Serena Williams llevaba un traje rosa palo muy ajustado a su atlética figura. Victoria Beckham, con traje oscuro similar al que lleva en todas las bodas reales. En el resto de damas predominaban los tonos suaves y vestidos poco escotados, muy del gusto de la reina.

En cuanto a los caballeros, se pudo observar una vestibilidad clásica de elegante sobriedad, predominando los chaqués oscuros con chalecos gris perla. Llamaba la atención George Clooney con traje gris claro, así como los tatuajes de David Beckham asomando en el cuello por encima del chaqué.

El príncipe Carlos acompañó a la novia con su habitual y distinguido chaqué gris perla con chaleco cruzado. El príncipe Enrique apareció con uniforme de gala de los Blues & Royals confeccionado por la sastrería de Savile Row Dege & Skinner. Le acompañaba cálidamente su hermano Guillermo con uniforme similar.

REPASO AL ESTILISMOJavier de Juana Presidente de los sastres de España

La novia, Meghan Markle, de exótica belleza, apareció con un vestido blanco de cinco metros de cola diseñado por Clare White Keller, con escote barco y manga francesa, de línea muy simple y gran elegancia, complementado con tiara de diamantes prestada por Isabel II. Entró en la capilla a los sones de solemne fanfarria de trompetas.

La reina vestía un luminoso traje de color verde manzana con sombrero al tono, acompañada del príncipe Felipe, de 97 años, maravillosamente llevados.

Al finalizar la ceremonia, recorrieron el exterior en un carruaje Ascot Landau abierto, escoltados por soldados de la Guardia Real a caballo.

Por la noche, 200 invitados disfrutaron de una cena en Frogmore House, donde las pamelas, que ayudan a mantener los 90 grados barbilla-suelo preceptivos en las damas de la realeza, se convertirían en lujosas tiaras para las señoras casadas. Dicen que al anochecer, los sentidos se agudizan y los diamantes brillan más y la música suena mejor.

Reporta un error en esta noticia

* Campos obligatorios