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ISABEL IBÁÑEZ
Martes, 31 de julio 2018, 23:39
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Marchó de España siendo un veinteañero con una ONG para desactivar minas.
- Primero en Camboya, donde lo aprendí todo sobre la marcha gracias a exjemeres rojos. Luego en campos de refugiados en África. Y allí me quedé. Encontré mi lugar.
- Es muy dura. Echas de menos a tu gente, claro. Especialmente en los malos momentos. En 2014 me apuñalaron en Arusha, Tanzania, y casi acaban conmigo. Recuerdo levantarme en la calle con la mayor sensación de soledad del mundo y tener que arrastrarme y pelear por sobrevivir yo solo. Por suerte ha pasado mucho tiempo y aquí estoy... Y no me siento solo.
- Me han disparado, apuñalado, he pasado por peleas y por cuatro malarias. Todo es aprendizaje.
- Aventura, naturaleza, cultura y contacto con los animales. Mi empresa, Ankawa Safari, no es para masas. Solo hacemos unos cuantos safaris al año. En las mejores épocas a los mejores lugares. La gente lo sabe, me he ganado un buen nombre. Mi experiencia en África habla por mí. Mi empresa soy yo y todo es pasión y amor por África que se transmite. Los aventureros que vienen acaban sintiendo la llamada de lo salvaje.
- Con prisa. Todo ha de ser inmediato, fácil....y África es imperfecta. Tenéis planes de pensiones, teléfonos de contrato, seguros médicos, cuentas de ahorros... Cosas basadas en el futuro que crean miedos a algo que casi nunca sucede. Se vive con cargas del pasado, mochilas emocionales y psicológicas. Astemia primaveral, depresión post vacacional, estrés... enfermedades que no existen en África. Aquí solo importa el hoy.
- Tengo dos frentes muy abiertos. Uno es pelear por hacer que mi empresa llegue a más gente. Y el otro, luchar sin descanso por salvar a los animales en peligro de extinción. En primera línea, como en la lucha contra la caza furtiva, y también intentando concienciar con las charlas que doy por España. Y en vacaciones viajo. Quiero conocer todo el mundo. He estado en casi 100 países ya.
- En África tambien tenemos civilización, pero se lleva de otra manera. Soy más de campo, paisajes maravillosos, vida salvaje... La 'civilización' no me sienta bien. Habéis perdido valores como la justicia esencial, la nobleza, el honor... que aún se conservan en África.
- Ni siquier son cazadores, se lo dan hecho los guías. Aprietan el gatillo y se llevan la cabeza de un animal que no quería morir ese día. Demasiada pasta y pocos escrúpulos. Cuestión de estatus, dinero, necesidad de sangre... Algún psicólogo podría definirlo mejor.
- No es fácil tirar adelante en África. Así que no juzgaré a quien monta una empresa de safaris de caza. Pero tengo una opinión clara: es inmoral e injusto. He tenido muchas críticas por posicionarme contra la caza y los cazadores en África. Reconozco tener opiniones incendiarias, pero me da igual que me insulten o critiquen quienes considero malas personas o malas empresas. Si dispusiera del dinero que paga un cazador por ese tipo de viajes, podría dedicarlo a salvar muchas vidas de fauna salvaje.
- No hay población que viva de ello. Las empresas de safari sí, como algunos políticos, unos cuantos policias, guías de caza... El turismo fotográfico o de aventura genera mucha más riqueza local.
- Ni sé por dónde empezar. Mueren 1.000 rinocerontes al año y quedan poco más de 20.000. Creen en Asia que su cuerno es afrodisiaco, y tiene el mismo efecto que morderse la uñas. ¡Es queratina!
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